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Empresarios del transporte piden que se eleve a 12 horas diarias el máximo de conducción

Andreu Missé

La asociación Transprime, que agrupa a empresas propietarias de grandes flotas de transporte, ha expresado su malestar por el alcance de las recientes reformas de la legislación del sector por considerarlas lesivas para sus intereses. La limitación de la jornada laboral a ocho horas de conducción diaria y el incremento de las sanciones hasta 400.000 pesetas son los aspectos que han despertado mayor oposición. El Gobierno prepara una ley sobre el sector, que enviará al Congreso la próxima primavera.

Según un estudio realizado por Transprime la limitación de la jornada laboral de los conductores a ocho horas de servicio (nueve en determinados casos) ha supuesto un encarecimiento de los portes del orden del 22%. La asociación considera necesaria una mayor flexibilidad en los horarios y propone otra fórmula alternativa de control: "No conducir más de doce horas al día, con un máximo de 24 horas de conducción cada tres días".Las mismas fuentes consideran que la legislación europea es más flexible que la española. Así, señalan que las limitaciones horarias no afectan en absoluto en países como Holanda y Bélgica, por sus reducidas dimensiones. Igualmente, afirman que Alemania Occidental e Italia disponen de una red de autopistas sin limitación de velocidad, lo que permite recorridos del orden de 800 kilómetros diarios, y que en Francia no existen limitaciones de ningún tipo.

Según Transprime, la limitación de la legislación española afecta gravemente a los costos de las empresas situadas en la periferia en Cataluña, País Vasco y Andalucía.

Sobreexplotación

El director general de Transportes Terrestres, Manuel Panadero, ha admitido que limitación de la jornada laboral de los conductores ha producido un aumento de los costes, "ya que el sector trabajaba en unas condiciones de sobreexplotación muy acusadas". A continuación, Panadero afirmó que "también la eliminación de la esclavitud significó un aumento de los costes salariales". Asimismo precisó que la reciente regulación de transportes era más amplia en este punto que la que estaba en vigor.Por otra parte, Manuel Panadero señaló que existían numerosos estudios que señalan que el riesgo de accidentes aumenta en función de las horas de conducción. Otros estudios concluían que el exceso de horas de trabajo de los conductores producía unos efectos similares a los del alcohol.

En relación con las sanciones, el director general reconoció que las máximas habían pasado de 25.000 a 400.000 pesetas, pero que ello era debido a que permanecían inalterables desde 1947, lo que hacía que muchas empresas preferían pagar las multas a cumplir el reglamento.

Otro tema controvertido es la obligación de cumplimentar la llamada carta de portes, mediante la cual la Administración quiere conocer "qué es los que se mueve en este país y acabar con transportes tan peligrosos como los de sustancias tóxicas en cubas de productos alimenticios". Las empresas del transporte privado consideran que "la implantación de, esta obligación no servirá ni para acabar con el intrusismo ni como registro estadístico de la actividad". En este aspecto, señalan que "es mucho más fiable y menos costoso que las empresas faciliten mensual o anualmente toda esta información de forma directa a la Administración". Para tratar de estos temas y del nuevo proyecto de ley del Transporte se reunirán el próximo martes, en Barcelona, representantes de Interior, Transportes, Turismo, Industria y Sanidad y de las Administraciones autónomas de Cataluña, País Vasco y Comunidad Valenciana.

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