La gran fiesta de las antigüedades
130 anticuarios exponen en Madrid lo mejor del mercado
La feria del anticuario español -Feriarte VIII- ha abierto sus puertas el viernes pasado a quienes valoran ese tipo de artesanía que con el tiempo mejora su calidad, como les ocurre a algunos buenos vinos. La feria permanecerá abierta hasta el 2 de diciembre en la sede de IFEMA, en el paseo de la Castellana de Madrid. En su octava edición se ha convertido por méritos propios en la gran fiesta de las antigüedades, la muestra que colma de satisfacción a todos: anticuarios, coleccionistas, amantes del arte y organizaciones.Durante 10 largos días, y con un horario ininterrumpido de 11.30 a 21.30, los 130 anticuarios expositores muestran al público un surtido variadísimo de piezas de arte muy difíciles de localizar y que se pueden adquirir en la feria con comodidad y garantía.
A la persona que por primera vez se acerque a esta muestra hay que decirle que Feriarte, por sí mismo, supera con creces a todas las ferias de antigüedades juntas que se celebran a lo largo del año en España tanto por el volumen de transacciones económicas como por el de asistencia de público y calidad de la obra expuesta a la venta. No es disparate afirmar, dentro de las limitaciones que el dar cifras absolutas conlleva, que el año pasado el monto económico de la feria osciló alrededor de los 1.000 millones de pesetas. Este año, según todos los indicios y perspectivas, se puede superar esa cifra. Eso demuestra que la feria está a un nivel mundial. Una rigurosa selección realizada antes del comienzo de la feria garantiza la autenticidad de las obras expuestas, que, salvo algunas excepciones, deben tener al menos 100 años de antigüedad. En cuanto al público, la edición de este año espera acoger a un número superior a las 50.0000 personas que acudieron el año pasado.
¿Qué se puede comprar en Feriarte? Cualquier objeto que tenga más de 100 años, desde un dije de 1.000 pesetas hasta un cuadro de 20 millones. Concretamente, existe una buena y amplia oferta de jarrones chinos y japoneses del siglo XVIII, policromados, franceses de Sèvres, mesas de nogal, iconos rusos, colecciones de relojes, colecciones de cajas cubanas, muñecas, arcones, cómodas, candelabros, burós, máscaras, toda clase de pinturas y tablas.
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