José Antonio Alcina
El ayudante militar que asiste al Príncipe en Canadá es un experto en comunicaciones navales y amante del flamenco
Fue, por encargo del Rey, el autor del informe previo sobre el Lakefield College School de Canadá (donde el príncipe Felipe cursa este año académico), que consta de más de 100 folios y termina con una razonada propuesta afirmativa. Teniente coronel de Infantería de Marina, gaditano, de 48 años, cuatro hijos (uno de ellos sigue la carrera de marino), pertenece al equipo de ayudantes de don Juan Carlos desde hace seis años. Diplomado de Estado Mayor del Ejército, es un experto en comunicaciones navales y un apasionado amante del flamenco. Un enviado especial de EL PAÍS le visitó recientemente en Canadá, donde ejerce las funciones de ayudante de campo del heredero de la Corona.
En su austera habitación del Red Oak Inn, en Peterborough, capital del condado donde está enclavado Lakefield, que cuesta 40 dólares canadienses (5.160 pesetas), destaca enseguida la presenc la de la guitarra, entre mapas y planos adosados a la pared. No es un virtuoso, pero rara es la tarde en que no rasguea las cuerdas. Le templa los nervios, le recuerda su familia y le ayuda a pasar el tiempo muerto entre la cena temprana y la hora de acostarse. Como le relaja escuchar flamenco mientras conduce el Ford Mercury Topaz automático entre las dos ciudades, 18 kilómetros de hermoso paisaje de verdes praderas salpicadas de casitas de madera y de arces, a lo largo del río Otonabee.Aunque la Reina mantiene contactos telefónicos con el director del Lakefield College School, Terence Guest, prácticamente la tutela de los estudios del heredero de la Corona está en manos de este hombre de marcado acento andaluz y fino sentido del humor. Se reúne periódicamente con Guest, a quien llama Terry, como el resto de los profesores y padres de alumnos, y entre ambos hacen un seguimiento puntual de su marcha académica. Lo acompaña en todos sus desplazamientos fuera del college y dirige el aparato de seguridad español que ayuda a los policías de escolta de Canadá, cuyo Gobierno garantiza la seguridad del Príncipe.
Goza de su confianza y estima, lo que le ayuda a sobrellevar el sacrificio -"para mi es un honor y una forma de servir al país"- de la separación de la familia, los amigos y el modo habitual de vida. Felipe de Borbónle consulta desde qué postre pedir en el restaurante griego Candlelight, donde invita a cenar a los periodistas, hasta qué marca de botas, comprar para el intenso frío, que en los peores días empuja el mercurio hasta los 20 bajo cero. El propio Alcina lo teme más que a la monotonía de las tardes de invierno en una ciudad provinciana donde la vida termina a las cinco de la tarde, como buen sureño, que se compró su primer abrigo cuando sahó de Cádiz. Monotonía que rompe con el trabajo de recogida de información para el Príncipe, con los informes a la Zarzuela, con la reflexión sobre la realidad actual de Canadá, con la minuciosa puesta al día de las cuentas y con la lectura de buenos libros en inglés y el abundante visionado de la televisión, que en esta zona está invadida por los grandes canales norteamericanos, para perfeccionar el idioma, en el cual posee un buen nivel.
Conocedor de América del Norte desde que hizo un curso de especialización de un año en Estados Unidos antes de ser, destinado a San Fernando (Cádiz), José Antonio Alcina no sabe por qué se le encomendó el informe previo sobre el colegio y se le designó más tarde para acompañar al Príncipe en su estancia académica en Canadá. Un indicio se pudo entrever en la decisión del Rey de que fuera Alcina quien, acompañara a su hijo a Cartagena de Indias, en junio de 1983, en las celebraciones del 450º aniversario de la fundación de la ciudad colombina. Este viaje correspondía a otro ayudante de campo, según el sistema rotatorio de servicios entre los militares de la Zarzuela. Presumiblemente, dentro de la confianza general en todos ellos, don Juan Carlos pensó en Alcina como un futuro ayudante de campo de don Felipe, de cara a una posible nueva Casa del Príncipe, si se tiene en cuenta que a partir de entonces el teniente coronel de Infantería de Marina ha sido el que mayor número de servicios ha hecho con el heredero de la Corona.
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