Si hubiera un buen título, alguien se habría hecho rico
Cuando cotizan prácticamente todos los valores, a pesar de que el volumen de contratación disminuya, no hay lugar para la apatía, sobre todo si ocurre como en la sesión de ayer, en la que el índice general de la bolsa madrileña tuvo que ceder 1,14% ante la presión del papel y la falta de interés del dinero, que vive en su soledad un ataque de mieditis aguda.Aunque los expertos ya habían adelantado que el mercado entraba en una fase indecisa, con posibles subidas y bajadas no demasiado espectaculares, lo cierto es que los descensos producen cierto desánimo entre algunos ahorradores, que en seguida comienzan a perder los nervios y se olvidan de esa gran virtud que es conservar la cabeza fría y los pies calientes.
Cierto es que la tendencia sigue siendo neutra y que no va a terminar ni en esta ni durante la siguiente semana, ya que la futura fiesta intermedia va a producir esos desajustes ya habituales en estas condiciones. No parece, sin embargo, que el ciclo recesivo vaya a ser importante, aunque tampoco hay que olvidar que las instituciones se han situado a la baja después de haber vendido lo más posible con las mejores ganancias, ni que muchos operadores se encuentran en una situación de liquidez que piensan mantener hasta que la tendencia se decante, bien hacia arriba o hacia abajo.
La respuesta a este interrogante es casi de Premio Nobel, porque nadie es lo suficientemente audaz como para realizar afirmaciones que pueden convertirse en amargos fracasos. El fuerte castigo sufrido por la Bolsa en días anteriores, sin embargo, ha situado a algunos valores muy concretos -siempre hay que recordar que la Bolsa se encuentra en una fase de selección de valores- a unos precios verdaderamente atractivos y que, si no falla la lógica, lo que debe servir para espolear a ese dinero que aguarda impaciente en el bolsillo de los precavidos.
A este tufillo optimista habría que añadir algo de picaresca, fundamentalmente en lo que se refiere a los valores eléctricos, que están sufriendo en su propia carne las órdenes de venta y que, al mismo tiempo, han sido en la etapa anterior -y siguen siendo en la presente- los que más efectivo han drenado. Varias compañías han realizado esfuerzos considerables para impulsar las cotizaciones hacia arriba, aunque en un momento determinado se han encontrado sin energía para mantener esas cotas. No es factible pensar que no vaya a existir un apoyo mucho más efectivo -porque es mas fácil- a la hora de mantener las cotizaciones al nivel actual y para no perder todos los esfuerzos anteriores de cara a las próximas ampliaciones de capital. No falta quien, por el contrario, apuesta claramente por los bancos como los valores más seguros en lo que queda de año.
La Bolsa, pues, proseguirá ofreciendo una jornada de cal y otra de arena -algunos expertos fijan una banda de oscilación entre 142%-148%-, siendo preferentemente las de signo positivo aquellas que coincidan con favorables novedades económicas, como puede ser el anuncio del índice de precios al consumo del mes de septiembre, o la decisión que se tome en la reunión de países productores de petróleo, aunque esta última puede estar descontada previamente, ya que casi tan positivo es que la OPEP rebaje el precio del crudo como que decida disminuir su producción.
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