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Habib Chatty

El secretario de la Conferencia Islamica, nombrado en Sevilla presidente de honor de la organización Islam y Occidente

Con un pasado revolucionario en su Túnez natal, compartido con el hoy presidente Burguiba, Habib Chatty es hoy un hombre que recorre el mundo con un mensaje de concordia. Secretario general de la Conferencia Islámica, ha estado estos días en Sevilla para aceptar la presidencia de honor de la organización Islam y Occidente, que trata de acercar a dos colectividades inclinadas a mirarse con desconfianza. "El resurgimiento del islam es agresivo, no va dirigido contra nadie", afirma.

Nacido en Túnez el 9 de agosto de 1916, Habib Chatty se afilió desde muy joven al Partido Nacionalista, liderado por Burguiba, y participó en los decisivos sucesos de 1938. Luego, su biografía se alarga entre una intensa actividad como periodista e internamientos en campos de concentración. Forma parte del primer Gobierno tunecino como ministro de Información y le son encomendadas las negociaciones con Francia para la autonomía interna de la nación tunecina. Después ejerce como embajador en varias capitales extranjeras, y entre 1974 y 1977 ocupa la cartera de Exteriores. Finalmente, en 1979, la asamblea extraordinaria de ministros de Exteriores de países de la Conferencia Islámica le nombra secretario general de la organización.Su paso por Sevilla ha sido motivado por la asamblea celebrada en la ciudad por la asociación Islam y Occidente, una iniciativa que se presenta como de tipo cultural y encaminada a aproximar a estas dos comunidades: "Son dos colectividades que en poco tiempo alcanzarán los 1.000 millones de personas cada una de ellas. Esta iniciativa servirá para abrir caminos de comprensión mutua." El mensaje de Chatty es purarrente conciliador: "Aquí, en España, es donde más se enfrentaron Occidente y el islam, pero también donde más se influyeron. Esto es un libro abierto en el que leer claramente qué es lo que debemos evitar y qué es lo que debemos repetir".

Lamenta la desconfianza recíproca que aleja a las dos comunidades: "Ustedes desconfían más de nosotros porque nos conocen menos. Nuestros estudiantess forman en Europa y tienen una visión más completa de Occidente. Hay que luchar para que Occidente no siga viendo al islam como puro fanatismo, y para que el islam no siga viendo a Occidente como puro materialismo". Tampoco ve razones para que Occidente desconfíe del resurgir islámico: "Nuestro renacer no es agresivo. Los principios de la declaración de la Conferencia Islámica son la libertad, la justicia, la dignidad humana, la fraternidad, la tolerancia, la compasión y la lucha constante contra la injusticia y la agresión".

Es optimista respecto al futuro acercamiento entre las dos comunidades, pero cree que hay mucho por hacer: "La revisión de los libros de texto es una de las preocupaciones del islam y Occidente, de vencer esos fantasmas de los que rebosan nuestros recuerdos, tanto individuales como colectivos. Un ejemplo es la guerra santa. La guerra santa es entendida en Occidente como la necesidad de convertir o destruir a los no musulmanes, cuando tal cosa no ha existido jamás. La jehad no es otra cosa que la defensa de la fe, la patria y la civilización".

Islam y Occidente reúne en su junta directiva cerca de 50 personajes de países occidentales e islámicos, y niega perseguir ningún fin oculto. Se mantiene, según su propio secretario general, Marcel Boissard, suizo, con 50.000 dólares anuales (8.500.000 pesetas aproximadamente), que aportan un banco suizo cuyo nombre no fue facilitado, una sociedad filantrópica norteamericana, un particular y la Conferencia Islámica. "Esta fundación asegura la estabilidad de las relaciones futuras entre las dos colectividades y servirá para combatir malentendidos, algunos de ellos obra de intereses creados que forman parte de una estrategia total. El poder enorme de los medios de comunicación se halla fuera del control de nuestro Tercer Mundo".

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