1974
El simple enunciado del año de rodaje del filme de Jaime de Armiñán El amor del capitán Brando, 1974, es, así de escueto, la mejor y casi la única manera de entender hoy -frotándonos un poco los ojos con un poco de incredulidad- el gran éxito que entonces obtuvo en España esta bien urdida pero mediocre película, que, pese a ser la más conocida de este director, pertenece en realidad al furgón de, cola de su filmografía, que cuenta en el otro platillo de su balanza con filmes tan notables como Mi querida señorita, que obtuvo también un resonante y merecido éxito, y Al servicio de la mujer española, ésta injustamente postergada a peor lugar por los favores del público, pese a contener dos antológicas creaciones de las actrices Amparo Baró y Marilina Ross.En 1974, aquí se mascaba en el aire el fin de la dictadura, y las huellas de plomo del leviatán moribundo aligeraron algo su presión. El cine, que es un arte lento al mismo tiempo que una industria veloz, detectó antes que nadie, con sus hipersensibles antenas comerciales, la subida de los techos censoriales, y puso en el disparadero a algunas películas-sonda, que fingieron abordar a fondo y con audacia, sin en realidad hacerlo más que epidérmicamente y con inevitable oportunismo, algunos de los asuntos considerados como tabúes por las no escritas leyes de la represión. Una de estas películas, y probablemente la más afortunada como mercadería fue El amor del capitán Brando, que esta noche resucita la televisión.
Con habilidad, los guionistas y el director del filme combinaron cuatro de estos tabúes en un solo hilo argumental, lo que les permitió, mediante esta argucia de exceso y recargamiento, dar la impresión de que allí se rompían muchos y muy antiguos muros. de contención de la libertad de expresión cinematográfica, cuándo la realidad es que los autores de la película se limitaron a acariciarlos con inocuidad. Los cuatro temas intocables eran el amor entre un niño y su maestra; el retorno a la España franquista de un exiliado de 1939; la fascinación con flecos legendarios del niño, es decir de la nueva España, por ese exiliado, y, finalmente, un desnudo de mujer.
Total, demasiada transgresión junta y en batería para la manga censorial de 1974, que era ciertamente más ancha que la de diez años antes, pero no para tanto. El filme es, por ello, una atropellada simulación de audacias que en realidad no existen por ningún. lado, están enjuriciadas y no representadas. La historia es un cálculo muy convencional; el juego mítico entre el niño y el viejo exiliado, un inocente subtendido típico de lectura cómplice y entrelíneas; el amor niño-maestra, la apertura de un avispero cuyas avispas han sido previamente fumigadas con somnífero; y el desnudo de Ana Belén, una escena tan furtiva, que puso. una vez más a prueba la más que probada capacidad adivinatoria de los ojos de los españoles.
Hoy, una década después de realizada, El amor del capitán Brando se sostiene bien como reliquia sociológica que expresa involuntariamente algunos muñones de libertad, en medio de tristes carencias de ella, en el cine comercial español de las postrimerías del franquismo, pero como relato cinematográfico es francamente ingenuo, realizado solo con oficio, embarullado pese a su cálculo o quizá a causa de él, y, en definitiva, insostenible como tal película. Ana Belén y Fernando Fernán-Gómez llenan a veces la pantalla con su presencia, pero su paso por ella es, a la postre, tan fugaz como el propio filme, que parece, como los sueños sólo soñados y los castillos de naipes, no existir.
Esta película se emite para ilustrar un debate del programa La clave que tiene, como contenido el inmediato retorno al colegio de los niños españoles de hoy. Carece de sentido que tal debate, se apoye en una ilustración tan poco ajustada al asunto, lo que parece un disparate debido al apresuramiento o.a la improvisación, ya que hay docenas de filmes, algunos muy interesantes, cuyo argumento discurre sobre la vida en los colegios. La vida escolar que este filme refleja, y sólo muy de pasada, poco tiene que ver con la que va a abrir sus puertas en España.
El amor del capitán Brando se emite hoy en el espacio La clave, a las 19.30, por la segunda cadena.
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