Los viajes en autocar

Acabo de realizar un viaje Barcelona-Lisboa en línea regular de autobuses con el triste recuerdo de los accidentes de este verano. A las seis de la mañana en la autopista de entrada a Madrid el conductor se distrajoi y nos salimos de la calzada, a un tris de chocar con una farola. Apunte complementario: el chófer me indicó que había llegado de Lisboa a Barcelona el día anterior a las cinco de la tarde y que junto con su compañero tuvieron únicamente una parada de dos horas (dedicadas a limpiar el autobús) antes de iniciar el trayecto inverso, que dura 22 horas. O sea, dos chóferes conduciendo 48 horas seguidas.La vuelta, con otra compañía, se caracterizó por el caos en la asignación de los asientos ya reservados y por haberse vendido un billete de más, por lo que un pasajero viajó sentado en el suelo hasta Badajoz. En ambos trayectos hubo una hora y media de retraso sobre el horario establecido, y eso sin que se produjeran retenciones en la frontera.

Creo que además del azar hay factores que coadyudan a que tengamos una elevada tasa de accidentes de autobús, y que el monopolio imposibilita una capacidad de elección del usuario que dejaría al descubierto los servicios mal prestados por determinadas empresas.-