Díaz Miguel cree que EE UU está 50 años por delante del resto de los equipos
ENVIADO ESPECIAL, Los jugadores norteamericanos descolgaron por relevos, alzándose unos a otros, las redes de las canastas y se las llevaron como botín olímpico. En la hora de los abrazos, únicamente Patrick Ewing se dirigió antes que nada a felicitar a los españoles. Para algunos de los norteamericanos, la final fue su último partido como aficionados. Mañana ingresarán en la liga profesional. El resumen de Díaz Miguel estuvo destinado a señalar que España ha jugado en defensa mejor que nunca, "pero los norteamericanos están 50 años por delante del resto del mundo. Lo tienen todo para hacer el baloncesto que hacen, base, hombres altos, preparación física, instalaciones y muchos jugadores de color, que son unos superdotados para este deporte". Para los españoles no queda otra ilusión que el recibimiento que se les dedique en Barajas hoy a mediodía.
Antes del encuentro, el entrenador del equipo de balonmano, Juan de Dios Román, se presentó en el vestuario de los baloncestistas con una bolsa en la que había más de 1.000 telegramas. Antes del encuentro, cada jugador recibió sus personales mensajes de ánimo. Incluso Fernando Martín recibió uno que decía: "El corazón de la demencia está hoy contigo". Los españoles salieron a jugar el encuentro sin más preocupación que la de vencer.En las gradas hubo un numeroso grupo de españoles. El más nutrido, el de los deportistas que quisieron festejar con sus compañeros la medalla de plata. Y a pesar de la ventaja con que siempre contaron los norteamericanos, no se cansaron de animar y de hacer ondear sus banderas. Esta vez no se vio la enseña con escudo inconstitucional que tuvo durante unos, minutos sobre sus piernas el duque de Cádiz el día de Yugoslavia, y que acabó plegando, ante la mirada de Javier Solana.
Díaz Miguel acudió a la sala de conferencias de prensa, pese a que anunció que no lo haría por el feo que le hicieron al final del primer enfrentamiento con Estados Unidos. En la semifinal también acudió, pero por deferencia a los periodistas yugoslavos, a quienes conoce desde hace años. Por cierto que antes de salir a la cancha, los jugadores españoles se encontraron con los yugoslavos, que habían acudido para recibir el bronce, y éstos tuvieron el gesto de desearles suerte. Realmente, toda la colonia europea del baloncesto deseó lo mejor para España.
El seleccionador español anunció que el próximo año realizará una gira con el equipo para comenzar a preparar el Mundial de 1986, que se disputará en España. Díaz Miguel comentó que en ese equipo incluirá a ocho jóvenes para que sean el relevo de algunos de los aquí presentes. Montero, a la base del Joventut, surgido de la cantera del Ramiro de Maeztu está destinado a ser el sustituto de Corbalán, que ha anunciado su retirada de la selección, aunque continuará en el Madrid.
Corbalán, del San Viator
Corbalán, tras la final, salió del vestuario con el uniforme amarillo del, San Viator, su primer equipo. Manifestó que lo había hecho así en un día. tan señalado como recuerdo a su primer club. Margall se afeitó la barba para disputar el último encuentro, y Romay y Jiménez fueron los primeros en salir del vestuario para realizar ejercicios de calentamiento muscular. Los dos habían puesto la máxima ilusión en la final, pese a que sabían lo que les podía venir encima.
Díaz Miguel, ante los periodistas, elogió a Bobby Knight, de quien dijo que revolucionó el baloncesto con sus sistemas defensivos. Respecto a lo que le podía haber faltado a España, ironizó que le había pedido a Knight a Jordan y Ewing, pero no se los prestó. Preguntado por las posibilidades que tendría ante el equipo campeón el de la URSS, recordó -que los soviéticos cuentan con Sabonis Tachenko y Belosteny, que podrían competir con el poder reboteador de Estados Unidos, pero reconoció que lo tendrían muy difícil para ganar y en defensa nunca serían tan efectivos.
El seleccionador español se quejó de la permisividad de los árbitros y afirmó que "preguntaré a la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) si es lícito defender como lo hacen los estadounidenses, para aplicar la fórmula con mis jugadores". Díaz Miguel dijo que, como mínimo, los norteamericanos están siempre al borde de lo heterodoxo. Y aseguró que lo que es intolerable es que se permitan los agarrones. Díaz Miguel confesó que las dos mejores jugadores que ha visto en el torneo han sido Ewing y Jordan, jugadores capaces de desequilibrar cualquier partido.
El entrenador español se alegró de que en España se hubiera seguido con tanta atención el torneo de baloncesto, pero recordó que nuestro deporte es pobre y no tiene muchas posibilidades de encontrar buenos jugadores y con la altura suficiente para competir internacionalmente. Ne como un grave problema el relevo de algunos de los hombres del actual con junto titular, y sobre todo entre los pivots.
Díaz Miguel considera que ha sido poco menos que un milagro haber pasado de ser un equipo de segunda división europea en 1978 a alcanzar una final olímpica. Tanto él como Saporta consideraron que el torneo de Los Ángeles cierra una época y que la futura ha de estar basada en el próximo Mundial, en el que el público español pretenderá que se logre un resultado similar, cuando es muy difícil que vuelva a producirse.
Michael Jordan, que fue el jugador más aplaudido por el público, se pasa al profesionalismo con un contrato con el Chicago Bulls, que, por tres años, le pagará 500 millones de pesetas. Los jugadores españoles percibirán por los cuatro meses de concentración, torneo preolímpico y torneo de Los Ángeles, 800.000 pesetas cada uno, que provienen del patrocinio del Banco Exterior. El otro 50% del monto total se lo repartirán los clubes a los que pertenecen los jugadores.
El mismo banco entregó al Comité Olímpico Español cinco millones de pesetas para que los reparta como premio entre los deportistas más destacados en los Juegos. Olímpicos. Para los jugadores de baloncesto, por haber alcanzado la final, hay una prima extra de 250.000 pesetas. El resto de sus emolumentos, unas 100.000 pesetas más, se las pagará la casa de prendas deportivas que viste al equipo.
Las ganancias totales de los jugadores, que pueden parecer importantes - 1.125.000 pesetas, en total-, son una cantidad ridícula comparadas con las que se manejan en el baloncesto norteamericano y hasta en el italiano. Hoy día, incluso los atletas reciben mucho más.
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