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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

España, un equipo irregular con jugadores de similar categoría

ENVIADO ESPECIALEl equipo español ha tenido una actuación irregular hasta la fecha. Todavía no ha realizado el gran encuentro del torneo. Hay momentos en los que los jugadores parecen hartos de balón. Contrariamente a lo que siempre ha sucedido Juan Antonio Corbalán se ha mostrado impreciso y Solozábal, dentro de una corrección, no ha pasado de ser un jugador sin ideas resolutivas. José Luis Llorente, por contra, pese a estar catalogado como tercer base, ha sido quien ha resuelto más brillantemente los momentos más difíciles. Con Llorente se ha corrido mucho más y con mayor precisión porque ha sabido buscar a los aleros.

Epi arrastra una lesión que le ha impedido convertirse en la estrella del conjunto. España, y esto es lo más singular, no ha tenido jugadores excesivamente distanciados de los demás en su rendimiento. La labor de conjunto, y sobre todo la actuación de los suplentes, es la que ha valido algún triunfo. Éste es el caso de José María Margall, que en cada actuación ha ido a más. La consideración que ha alcanzado en el Forum es, sin lugar a dudas, la de hombre básico.

López Iturriaga, al que le cortó el ritmo la operación de pubis a la que tuvo que someterse, no ha encontrado más que a ratos su capacidad de contragolpeador. Probablemente en ello ha tenido que ver mucho el modo en que ha jugado el equipo desde atrás. Incomprensiblemente ha fallado canastas que nunca se le escapan. Beirán ha jugado muy pocos minutos y ha alternado las de cal con las de arena. Entrar en frío y permanecer en la pista lo justo para conceder reposo a otros es siempre una papeleta difícil. Fernando Arcega ha tenido que cumplir misiones de pivot y alero en las ocasiones en que fue requerido y no desentonó.

Entre los pivots del equipo se han producido actuaciones contradictorias. Fernando Martín, inesperadamente por su escasa preparación a causa de la lesión que padeció en la zona lumbar, comenzó a jugar como si se encontrase en óptima forma física. En cambio, a medida que ha ido transcurriendo el torneo ha acusado cansancio y ello ha sido la causa de que haya fallado en el rebote más de un día. Contra Yugoslavia tuvo su peor actuación. Fernando Romay, por contra, de ser el jugador fácil de engañar y, por tanto, de buscarse la ruina de las pprsonales, ha pasado a ser el grandón capaz de intimidar a los lanzadores contrarios. Romay fue básico contra Yugoslavia por la gran cantidad de rebotes que cogió en los momentos cruciales. Su actuación merece un notable. Andrés Jiménez ha cumplido magníficamente, por su aceptable movilidad, la misión de marcar a los pivots contrarios, con tendencia a salir de la zona. Jiménez, además, ha logrado un nivel de eficacia excelente, aunque su modo de jugar no resulte exultante. De la Cruz ha sabido ser el jugador sacrificado que únicamente ha tenido que saltar a la pista cuando las personales han atosigado a sus compañeros.

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