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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

El excéntrico Lundquist logró por fin un título olímpico

Es un atleta impresionante. Lo demostró sobradamente tras no poder ganar su primer título olímpico en Moscú por el boicoteo de su país. Hundido en la frustración, alternó la natación con deportes emocionantes. En realidad, le pone emoción a cada cosa que hace en su vida. Es Steve Lundquist. El domingo falló en la salida de la serie de los 100 metros braza y tuvo que sacar sus recursos para lograr el quinto tiempo y meterse en la final, en la madrugada del lunes en España. Ya en ella, arrasó desde el principio, después de saludar con guantes impermeables, una de sus excentricidades. Y fue la vivi imagen de la felicidad. Batió el récord del mundo por 48 centésimas (1.01.65), en la mitad de distancia que Gross. El alemán occidental, con su asombrosa facilidad, superó el de 200 libres por 11 centésimas. La última alegría española la dio Vallejo con una nueva mejora del récord nacional.

La nueva decepción en la primera jornada de la natación, cuando parecía ya en racha de éxitos, corrió a cargo del gran rival de Lundquist, su compatriota Moffet, a quien tuvo que consolar porque ni siquiera consiguió medalla. Ganó por la mañana en su serie, pero a costa de un desgarro muscular. En la final no pasó,del quinto lugar. Lundquist, en cambio, repitió varias V'eces: "Esto es muy grande". Había conseguido su sueño después de perderlo en Moscú y de una grave lesión de la que se ha recuperado para Los Ángeles.Su salida en la final de los 100 braza fue espléndida; pasó los 50 metros en 28.88, tiempo de récord mundial. La barrera del minuto en el hectómetro de braza se acerca. Es el estilo que falta. Ahora sólo queda un segundo y, 65 centésimas. Lundquist se comió el agua con una rapidez impresiona nte en la coordinación de brazos y patadas.

Davis, el canadiense plus.naquista mundial de 200, que está en una forma espléndida, anuncio de su próxima victoria, fue el único que pudo seguirle. Con un estilo más fluido, de fondista, pero igualmente espléndido, hizo un tiempo también inferior al anterior récord mundial, 1.01.99.

Michael Gross, en cambio, que cerró el programa con la única derrota norteamericana, se alegró lo justo al ganar la final de los 200 libres. Actualmente sólo lucha contra sí mismo. Con su desgarbado tipo de baloncestista despistado, se va a pensar quedarse en Estados Unidos para dejar sus marcas inalcanzables por mucho tiempo algo no habitual en natación. Su figura se agigantó aún más para mejorar su récord mundial (pasó de 1.47.55 a 1.47.44); se movió entre 32 y 35 brazadas por piscina.

Vallejo, bien

La jornada terminó con otra alegría española al superar de nuevo Vallejo su plusmarca matinal Sin embargo, no quedó contento de sus 1.51.77, que le supuso el décimo puesto olímpico, pues pensaba rondar el 1.51.00. El récord español de los 200 libres estaba en poder de López Zubero desde 1979. En un día, Vallejo lo redujo dos veces, 77 centésimas en total.

Dentro del bajo nivel femenino, la anécdota fue la primera medalla de oro doble en la historia olímpica del deporte acuático. Al no tenerse en cuenta las milésimas para decidir empates, la ganaron las dos norteamericanas de 100 libres. La primera jornada no pudo empezar mejor para EE UU.

Tras hacer el viraje en cabeza, la campeona mundial Annemarie Verstappen (26.96, tiempo. en los primeros 50 metros), se esperaba el último largo de las dos americanas, con Nany Hogshead para el oro (27.01) y Carrie Steinseifer (27,30) para la plata. Sin embargo, esta última hizo unos últimos 10 metros espléndidos y superó a la holandesa, a quien ya había pasado Hogshead a los 75 metros, y tocó la pared a la vez que su compatriota. Realmente, milésimas de segundo antes, e incluso su nombre salió primero en el marcador electrónico. Pero actualmente sólo se marcan diferencias si son distintas las centésimas de segundo.

En la final de 400 metros estilos de los Juegos de Munich-72 sucedió lo mismo entre el sueco Larsson y el norteamericano McKee, clasificados al final en este orden, oro y plata, respectivamente. Entonces valieron las milésimas.

En los 400 estilos, Tracy Caulkins, otra veterana, aprovechó la oportunidad de las ausencias y ganó en solitario y en un buen tiempo de 4.39.24, nuevo récord de Estados Unidos, tras el viejo 4.40.61 de hace cuatro años, pero siempre a más de tres segundos de la ausente Sclineider (RDA).

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