Plácido Domingo, invitado de la gala preolímpica televisiva
La grabación del programa especial con que la cadena de televisión ABC abrirá la programación olímpica, se ha convertido en la contribución de Hollywood a los Juegos. Presentado por los actores Robert Wagner y Brooke Shields, cuenta entre sus principalqs invitados al tenor español Plácido Domingo, que se halla en Los Angeles desde principios de mes como participante en la Olimpiada de las Artes.
Plácido Domingo, que será introducido al público por Brooke Shields, aparecerá primero desde Madrid en el centro del estadio Santiago Bernabéu y explicará la pasión que en nuestro país existe por el deporte del balón. Luego, desde los salones del Real Madrid, mostrará a los televidentes de todo el mundo las seis copas de-Europa del club blanco y, de nuevo desde el centro del campo, hará una alegoría de los sueños que anidan en la mente de todo españolito de vestir el calzón corto y jugar algún día en aquel terreno. Acto seguido empezará a sonar la música de El hombre de La Mancha y Plácido Domingo cantará eso de An impossible dream.'Granada'
La imagen volverá al escenario del teatro griego de Los Ángeles, donde Brooke Shields presentará, en carne y hueso, al famoso tenor que, brevemente, saludará a los atletas participantes antes de que las primeras notas, de Granada empiecen a salir de los enormes altavoces.
A principios de semana, bajo el aplastante sol del mediodía, los ensayos fueron presenciados por la familia Domingo en pleno. A pesar de que la orquesta está ya grabada, Plácido quería introducir después de las dos primeras estrofas unos personales arreglos al piano. Su mujer, desde las gradas, protegida con un paraguas transparente sobre el que había colocado una chaqueta para convertirlo en sombrilla, le indicaba si el sonido del piano era suficiente o no, si el instrumento debía colocarse en un lugar más asequible para Permitirle el desplazanuento en tan poco tiempo.
La grabación ha contado con una asistencia del calibre de los oscars. La industria del cine, que parecía haberse mantenido al margen de los Juegos jugando la carta de la indiferencia, no ha podido resistir el atractivo de un programa con cientos de millones de espectadores, aunque sólo se les concediera un segundo de pantalla y, aun, de refilón, mientras ocupaban sus localidades.
La presencia de Plácido Domingo como estrella indiscutible de esta primera gala olímpica ha venido precedida por las representaciones de la ópera de Puccini Turandot, por la Royal Opera del Covent Garden.
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