Ensidesa acumuló pérdidas por 27.735 millones de pesetas en 1983
La Empresa Nacional Siderúrgica, SA (Ensidesa), perdió 27.735 millones de pesetas durante 1983, según informó ayer su presidente, Fernando Lozano, a la: junta general de accionistas, celebrada en Oviedo. Fernando Lozano anunció que el próximo Consejo de Ministros aprobará una partida de 42.000 millones de pesetas destinados al plan de acción industrial y financiera de Ensidesa, cuya cuantía final, que debería estar desmbolsada en 1987, asciende a 95.000 millones de pesetas.En 1983, Ensidesa produjo 3.800.000 toneladas de acero, cifra que supone una disminución del 15,5% respecto al año anterior. En 1982 habían sido menores también las pérdidas, estimadas en 20.855 millones de pesetas. Se han producido incrementos en la facturación total de la empresa (150.000 millones de pesetas en 1983) y en la exportación (50.704 millones), con aumentos del 7% y el 25%, respectivamente, en relación con 1982. El plan laboral anunciado para Ensidesa prevé una plantilla de 15.500 personas en 1990, 6.000 menos que en la actualidad.
Fernando Lozano, que sustituyó recientemente en el cargo a José María Lucía, señaló que entre los objetivos inmediatos de Ensidesa figuran la necesidad de conseguir "una estructura financiera correcta" y "un ajuste de plantillas para alcanzar la productividad a nivel internacional". El nuevo presidente pretende lograr "una capacidad de producción y una calidad acordes con las exigencias de los mercados".
En cuanto a los resultados de Ensidesa durante los cinco primeros meses de 1984, Fernando Lozano indicó que la producción de acero había sido de 1.606.000 toneladas, cifra ligeramente inferior a la del mismo período en 1983. Manifestó también que para 1984 se esperan unas ventas de 177.000 millones y "unos resultados que, aunque menores a los de 1983, seguirán gravando fuertemente a la empresa".
La reestructuración de Ensidesa implica el desarrollo de cuatro planes básicos: industrial, de inversiones, financiero y laboral. El primero prevé la instalación inmediata de una nueva acería en Avilés, con capacidad para producir 2,5 millones de toneladas de acero líquido al año; la puesta en marcha, en la factoría de Veriña, de una máquina de colada continua, y la modernización del tren semicontinuo de laminación de bandas en caliente.
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