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Las repercusiones del acoso a ETA

ETAm dispone actualmente de 20 comandos, según la policía

De los ocho comandos ilegales o liberados de ETA, según el cálculo policial, cuatro actúan en Guipúzcoa , dos en Vizcaya, uno en Álava y otro en Navarra. Es en Guipúzcoa donde disponen de un terreno más favorable y de un mejor caldo de cultivo. Cuentan en total con unos 40 militantes, de los que el responsable es Lasa Mitxelena, alias Txiquierdi, hombre al que la policía considera con un creciente poder dentro de ETA Militar porque está también encargado de los comandos de autoprotección en el sur de Francia desde la aparición de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).Los servicios de información de la lucha contraterrorista tienen mayores dificultades a la hora de establecer el número de comandos legales, pues han observado que algunos de ellos llevan hasta un año y medio sin actuar, hasta el extremo de que en sus informes han señalado la posibilidad de que hayan abandonado la lucha armada. En total creen que funcionan 11 ó 12 comandos legales repartidos en todo el País Vasco, con cuatro miembros cada uno. El llamado comando Madrid cuenta con una cifra variable entre seis y 10 militantes.

Las mismas fuentes calculan en total la existencia de unos 225 activistas etarras, incluidos los operativos -de los llamados del primer círculo, es decir, con responsabilidad directa en el funcionamiento de la organización, incluida la dirección-; los aludidos comandos de autoprotección; los encargados de la logística y el armamento, de la economía y del cobro del llamado impuesto revolucionario; los pasadores de armas desde Francia a Euskadi sur, y los aproximadamente 20 responsables de la infraestructura en el interior. Otras 200 personas forman lo que los expertos contraterroristas denominan el segundo círculo, dedicado a facilitar las condiciones de vida de los refugiados en el sur de Francia y de las relaciones internacionales de ETA.

De las dificultades por las que atraviesa la organización, según los datos que maneja el Gobierno, da idea el hecho de que los comandos ilegales pasan temporadas de hasta cuatro y cinco meses en el interior para mantener el mismo nivel operativo que tenía ETA hace un año, época en que generalmente no transcurrían dos meses entre el cruce de.la frontera y el regreso al llamado santuario francés.

Asimismo, el descenso de los legales deriva en el hecho de que para cubrir todo el territorio un comando ha de moverse en zonas que antes ocupaban tres y hasta cuatro. En ocasiones, están formados por restos de caídas de comandos o por gentes que no se conocen hasta poco antes de hacer una operación. Aunque la forma de operar sigue siendo la misma. Utilizan un buzón, que puede ser cualquier escondrijo acordado de antemano, a través del cual se comunican con la dirección en Francia. Cada cierto tiempo, el responsable del comando deja su informe en el buzón y retira del mismo las instrucciones, que normalmente contienen la lista de atentados a realizar que el correo de la organización ha dejado con anterioridad. El pasador de armas ha dejado escondido en un zulo (escondite), antes de que el comando opere, el armamento asignado, que se compone normalmente de una metralleta, una pistola para cada miembro del comando, munición y 20 kilos de Goma 2, armamento que vuelve al zulo cada vez que es utilizado, de la misma forma que vuelven a su trabajo, a su casa o al bar habitual sus portadores.

Más trabajo para los 'legales'

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Las mismas estimaciones basan igualmente la supuesta crisis de ETA en el hecho de que los comandos legales -cuyo jefe máximo es Francisco Múgica Armendia, alias Paquito y Artapalo- tienen que hacer paralelamente trabajos de información y de infraestructura para cuando los ilegales entran a España para cometer atentados. Al parecer, ETA tiene dificultades en el reclutamiento de militantes y una menor capacidad de respuesta como lo han demostrado tras las últimas caídas y muertes de militantes.

Las recientes deportaciones de etarras a ultramar y los confinamientos fuera de los departamentos fronterizos con España no han servido para mermar directamente el potencial de ETA Militar al otro lado de los Pirineos, aunque sí han debilitado de forma prácticamente irreversible a los octavos y a los autónomos. Están muy divididos, a tenor de que han celebrado dos asambleas en tres meses sin alcanzar acuerdo. Los primeros cuentan con 11 legales, entre ellos Elena Bárcena, la Tigresa, y Rodríguez Munoa, el Zipo, quienes, según cree la policía, asesinaron al capitán Martín Barrios.

Los Comandos Autónomos Anticapitalistas están prácticamente escindidos entre los pronacionalistas de Salegui Elorza, el Txipi -a cuyo comando se atribuye el asesinato del senador socialista Enrique Casas-, de Pedro Guridi o Aguirre Aristondo, y los anticapitalistas o social-liberales de Barrutiabengoa Zabarte, Arbe, o Zurruguza Sarasola, Acuyo.

La vida en Francia se complica

Las condiciones de vida de los etarras en el sur de Francia, según fuentes cercanas a los refugiados, se, han vuelto extremadamente duras por la resolución de las autoridades francesas de acabar con el santuario de ETA y especialmente por el acoso de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), grupos de los que los servicios de información de la Seguridad del Estado aseguran desconocer quién los dirige y sufraga, aunque no tienen rubor en manifestar su influencia decisiva en el vuelco de la situación con respecto a la lucha contraterrorista.

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