Atlético y Valladolid jugarán la final de la Copa de la Liga
Nicoláu Casaus, uno de los vicepresidentes azulgranas, dejó para la historia una frase bíblica en la última asamblea futbolística. "Aleluya amigos, Cristo ha bajado a la tierra del fútbol", dijo Nicoláu en relación con el eterno enfrentamiento arbitral con el Real Madrid. Casaus acabó el partido de anoche en el Manzanares afirmando que había sido "un robo descarado". Nicoláu se replanteó ayer sus esperanzas litúrgicas tras el arbitraje de Urío Velázquez. Aunque, posiblemente, su mente ya comenzó a ver fantasmas. Con sábana blanca, naturalmente. Y es que Casaus repartió sonrisas con Luís de Carlos, el presidente madridista, en el palco del Manzanares. El Atlético no hizo sonreir esta vez a sus aficionados, pero jugará la final de eso que se llama Copa de la Liga.Lo cierto es que el Barcelona -un sucedáneo de Barcelona, por sus incontables ausencias entre internacionales, sancionados y lesionados- tuvo más rival en Urío que en el propio Atlético. Dos penaltis sin sanción, un gol discutible y dos expulsados son pruebas elocuentes. Porque, el joven equipo azulgrana plantó cara siempre al Atlético, se adelantó en el marcador con un precioso gol de Calderé, e incluso con un hombre menos buscó con fe la prórroga.
Con un veloz Esteban, con Carreras, Pedraza, dos Manolos y un magnífico Calderé los chavales del club evidenciaron que ellos sí sienten los colores.
Carreras, un chico del amateur, por ejemplo, realizó un perfecto marcaje a Hugo Sánchez.
Y el resto del equipo lo acusó.
Por otro lado, el Valladolid será el rival del Atlético en la final, a doble partido, tras vencer al Betis por 3-0, remontando el 0-2 del Villamarín.
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