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CASTILLA-LA MANCHA

Mariano Serrano reconstruye, rodeado de gran hermetismo, el crimen que cometió en Toledo

Mariano Serrano Martín, toledano de 58 años, pintor de profesión y presunto asesino de¡ industrial -toledano Claudio Avila Rodríguez, reconstruyó brevemente -en media hora- los puntos más conflictivos del transcurso del suceso acaecido en Bargas (Toledo) el pasado día 1 de marzo, fecha en que dió muerte a Claudio Ávila, crimen del que se confesó autor el pasado 25 de mayo mientras estaba detenido en la comisaria de Toledo.A partir de las 17 horas, en una tarde de sol canicular, comenzaron a llegar al lugar, una finca situada al final de la calle La Arroyada de Bargas, miembros de la Brigada Judicial Central y Regional de Madrid, así como los inspectores de Toledo que han seguido el caso. Estuvieron presentes además un equipo del departamento de medicina legal de la Universidad de Sevilla, presidido por el forense Luis Frontela, conocido por llevar el caso de la finca andaluza Los Galindos, así como los abogados de ambas familias, el juez de instrucción de Toledo, Joaquín Delgado, y el teniente fiscal Antonio Silva.

Las órdenes judiciales para la Prensa fueron estrictas. En ningún momento se permitió a los fotógrafos su presencia a menos de 100 metros, y la reconstrucción de los hechos se realizó en el interior de la finca, con lo que el conocimiento exacto de lo ocurrido es difícil de conocer, si añadimos además el hermetismo de todos los presentes. Únicamente Marcos García Montes, aboga do de Mariano, dijo a este periódico: "Aquí hay muchas cosas que contar".

Pasadas las 17.30 horas de ayer un furgón celular, precedido por un Land Rover de la Policía Nacional, desplazó desde la prisión de Toledo. El presunto asesino comunicó a las Fuerzas de Seguridad su deseo de que se ausentara la prensa. Ante un fuerte dispositivo policial Mariano descendió del furgón y fue introducido a la finca, en cuyo interior permaneció durante media hora.

Se reconstruyeron totalmente en el interior los hechos claves para el esclarecimiento total del caso, como es el desplazamiento del cadáver, de 102 kilos, desde el interior del recinto hasta la furgoneta Nissan Patrol de Mariano, y el forcejeo que se produjo antes, según declaró en su día el propio inculpado. Un policía sustituyó en el papel a Claudio, ,mientras que para el traslado del cadáver se empleó un saco de arena de 102 kilos, que en ningún momento se pudo ver excepto cuando lo vaciaron una vez concluidas las pruebas.

Posteriormente el asesino fue trasladado al Ayuntamiento de Bargas, donde permaneció declarando por espacio de más de una hora, y seguidamente fue trasladado de -nuevo a la prisión. Los hechos de Aranjuez, lugar donde arrojó el cadáver, no se han reconstruido. A lo largo del trayecto en ningún momento el inculpado se negó a la petición judicial y los únicos incidentes fueron algunos gritos del vecindario de Bargas, que le acusaban de criminal y asesino.

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