España está de moda en París

"Después de los suecos, llegan los españoles". Este comentario, quizá demasiado optimista, se oyó ayer multitud de veces en Roland Garros. La presencia de tres españoles en octavos de final no se producía desde hace muchos años. Higueras estaba cantado, pero Aguilera y Sánchez han sorprendido a los sesudos especialistas con una casi absoluta carencia de datos Cualquier periodista norteamericano, sueco o francés se lanza sobre cualquier persona que hable español para preguntarle por la familia de Sánchez, por la verdad sobre la batería de Aguilera o por la nacionalidad de Jaite.Hay que explicar mil veces que Emilio tiene tres hermanos que juegan al tenis. Marisa, que estudia en Estados Unidos, Javier, uno de los mejores júnior, y Arancha, quizá la mejor cadete española. Los periodistas americanos anotan rápidamente los datos soñando con una historia exclusiva si Emilio vence hoy a Connors. Otros, como los italianos, tienen más sentido del humor: "¿Por qué los padres de Emilio no han tenido un quinto hijo? Seguro que habría sido el mejor del mundo".

Con Aguilera, el interés es más económico. Tras ganar en Hamburgo, Joan está haciendo unos buenos resultados en Roland Garros, y con un juego sobrio, pero muy eficaz. Todos los grandes entrenadores -Ion Tiriac y Nick Bolletieri, entre ellos- estaban ayer en la grada viendo a Aguilera. Fibak, polaco, ex jugador y ahora entrenador de Lendl, dice que "Aguilera me ha impresionado. Cada día puede jugar de una forma diferente, y siempre bien". Representantes, intermediarios, todos persiguen a Aguilera para que firme con ellos, para que cambie de contratos o para que juegue exhibiciones.

La locura se produce con Martín Jaite. Ninguno de los grandes especialistas de este deporte sabe si es argentino o español. Cuando se les explica que nació en Buenos Aires, se trasladó a Barcelona y jugó con España la Copa Galea, y ahora ha vuelto a su Argentina natal, hay que repetirlo varias veces para que la información llegue a buen término. España está de moda en Roland Garros. Todos se preguntan sobre el tipo de organización que se ha seguido para lograr colocar en el umbral de la elite mundial a Aguilera y Sánchez. El viejo tema de la improvisación, de la tradición española en crear genios como Santana, Orantes, o Ballesteros en el golf, queda para charlas más largas. Los suecos, los norteamericanos, incluso los franceses, con unas escuelas de tenis estructuradas y muy serias, no entenderían que pueden surgir genios del desierto.