Las realizaciones de beneficios hicieron su aparición
Las bolsas se concedieron un respiro en su carrera alcista, y ayer el peso de las realizaciones de beneficios se dejó sentir, sobre todo porque era un fenómno intuido y los compradores potenciales decidieron ceder el paso educadamente a quienes deseaban materializar las diferencias positivas acumuladas y aprovechar la ocasión que tan gentilmante se les brindaba para adquirir los títulos por los que suspiran algo más baratos.Una vez más volvió a desentonar El Águila, que parece estar empeñada en asumir un protagonismo inusitado, posiblemente en contra de los intereses de algunas de las instituciones que están mostrando mayor interés por estos títulos. Ayer, desde círculos directamente relacionados con la segunda entidad bancaria socia tradicional de esta compañía, y que según juramentos propios ha abandonado una parte sustancial de su participación en la misma, se manifestaron unas intenciones bastante aviesas para con los proyectos tomadores, eso sí, a la baja, del banco reputado como mayor titular actual de acciones de esta compañía cervecera.
En los primeros compases del corro se pudo observar con una claridad meridiana que existían unas presiones compradoras concretas que venían a sumarse a las órdenes en este sentido que habían sido recibidas por los canales más o menos convencionales. A partir de este momento, y aun contando con el intento de pirueta fallida para forzar una nueva baja que se realizó, los sucesivos precios a los que se negociaban estos títulos manifestaron una clara proyección alcista, hasta el punto de que al término de la reunión seguían existiendo algunos tanteos compradores.Dentro de lo que fue la tónica dominante en la jornada, el grupo bancario aceptó un discreto recorte en su índice particular, que se correspondía con una saldo genérico discretamente vendedor -no superaba las 24.000 acciones-, que a su vez se derivaba, según algunas lenguas maledicentes, del menor vigor en la inter ceptación de órdenes vendedoras centradas sobre estos valores que se había observado por parte de sus respectivos cuidadores. La realidad es que las diferencias, en uno y otro sentido, resultaban escasamente significativas. Con la única excepción del Bilbao, que ofrecía un resto vendedor en el mercado madrileño de casi 25.000 títulos, con lo que continuaba rindiendo tributo a las mejoras acumuladas las semanas anteriores, estos valores se movían en los límites de la marginalidad, aparentemente reñida con su importente capitalización bursátil. Esta situación viene a poner de manifiesto el escaso interés que despiertan estos títulos actualmente entre los inversores, y eso por no volver a insistir en algunas prevenciones que se vienen observando en los circuitos más selectos del mundo de la inversión financiera autóctona.
También las eléctricas y Telefónica se plegaron a la pendiente declinante que indicaba el mercado. Entre las primeras se observaron recortes de alguna significación precisamente en los valores que habían concentrado en mayor medida las alzas de días anteriores, reforzando de esta forma las tesis de que el parón se debía fundamentalmente al inicio de un proceso de realizaciones de beneficios. El monoplio de las comunicaciones se vio sometido a un intenso fuego vendedor, iniciado desde sectores muy concretos, que aconsejaron a sus reponsables asumir un repliegue táctico, para evitar males mayores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.