La patronal británica del carbón acepta aplazar su plan de reestructuración

La patronal del carbón está dispuesta a realizar importantes concesiones para acabar con la huelga del sector, que entró ayer en su séptima semana. Por primera vez desde que se inició la disputa laboral, el presidente de la National Coal Board, lan MacGregor, ha aceptado aplazar su plan de reestructuración, inicialmente previsto para los próximos 12 meses. MacGregor ha invitado al presidente de la Unión Nacional de Mineros Arthur Scargill, a discutir la nueva propuesta. La oferta de MacGregor supone una importante victoria para los mineros, aunque tal vez no sea suficiente para que vuelvan al trabajo. Hasta ahora, el presidente de la patronal había mantenido que no podía negociar ni el contenido ni el ritmo del plan de reestructuración, sino únicamente las contraprestaciones para los despedidos.

Evitar los despidos

El plan supone reducir la capacidad de producción en cuatro millones de toneladas y la desaparición de 20.000 puestos de trabajo en todo el país. MacGregor afirmó ayer que sí podía estudiarse un nuevo plazo para su aplicación. Aunque oficialmente no se ha explicado cuánto tiempo podría retrasarse el plan, algunas fuentes oficiosas señalaron que el plazo podría ser de dos a tres años.El Sindicato Nacional de Mineros no ha reaccionado inmediatamente a la propuesta, aunque un portavoz de los mineros escoceses aseguró que no era suficiente: "No se trata de retrasar los despidos, sino de evitarlos". Arthrur Scargill, que es el máximo representante del sector radical, se ha negado hasta el momento a discutir cualquier plan que suponga el cierre de pozos o despidos masivos, pero se estima que el sector moderado de la Unión intentará obligarle a volver a la mesa de negociaciones sobre estas nuevas bases.

El sindicato esperará probablemente hasta hoy para dar a conocer su respuesta oficial, a la vista de lo que suceda en la región de Nottinghamshire, donde está previsto que 18 pozos reinicien el trabajo. La cuenca minera ha sido tomada por piquetes procedentes de otras regiones y cerca de 5.000 policías intentarán proteger a los trabajadores que desean reiniciar sus tareas, pese al llamamiento a la huelga del sindicato nacional. El sector radical de dicho sindicato logró modificar recientemente sus reglas internas y aprobar por mayoría el llamamiento a la huelga, sin previa votación.