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Los corredores españoles intentarán romper hoy la carrera en la batalla de los Pirineos

Luis Gómez

LUIS GÓMEZ ENVIADO ESPECIAL, Cuatro directores españoles tienen ya planificada su estrategia para la etapa de hoy, una de las que puede descartar definitivamente a alguno de los favoritos. Sólo suponen a ciencia cierta que de los 184 kilómetros que hay entre Sant Quirze del Vallés y Rassos de Peguera, los 50 primeros serán de tregua. Es un día propicio para una hostilidad generalizada, comienzan los Pirineos y la etapa termina en lo alto de un puerto de primera categoría. Lo único que parece fuera de duda es que Moser se despide hoy del liderato.

González Linares (Teka), Echávarri (Reynolds), Mínguez (Zor), Carrasco (Kelme) y Perurena (Orbea) son los que cuentan con las formaciones españolas más potentes. Ninguno anuncia un ataque y todos guardan, hipócritamente, las formas, aunqué en su interior conozcan de sobra el punto kilométrico donde van a empujar y las órdenes que tienen que dar a sus corredores para que atiendan al que empiece primero.Dicen que el Zor suele ser el primero en romper la carrera, pero lo cierto es que el Teka conservó de forma brillante toda su artillería pesada en la etapa del descalabro de Gorospe. En el Reynolds hay preocupación porque no se ha cumplido con lo previsto y todos estarán esperando su venganza en cualquier puerto mientras el Kelme quiere aprovecharse de los demás. El Orbea se considera con escaso potencial para intentar romper la carrera, al igual que Hueso y Dormilón. Sólo queda por saber qué estará pasando por la cabeza de Marino Lejarreta y, sobre todo, cómo están sus piernas. ¿Tiene ya el rodaje suficiente como para apretar fuerte?. De la respuesta puede llegar una de las grandes claves para resolver la Vuelta a España.

Entre Sant Quirze del Vallés y Rassos de Peguera hay 184 kilómetros, y cuatro puertos, dos de primera categoría (Furmic, 1.045 metros y Rassos de Peguera, 1.892 metros) y dos de tercera (Olost, 800 metros y Casserras, 680). Fundamentalmente, la parte culminante se encuentra al final, con la meta en el puerto de Rassos de Peguera, al que se llega tras 15 kilómetros de ascensión. Es la primera etapa montañosa y la que puede marcar, definitivamente, algunos descartes que pueden ser importantes. Todos los directores coinciden en ello, pero ninguno se apunta el posible protagonismo de la etapa.

Para Mínguez (Zor) la de hoy no es una etapa de alta montaña, "más bien de montaña de segunda categoría" y no piensa que pueda decidir grandes cosas. Mínguez se muestra precavido, lo que quiere decir que, quizás, sea el primero en atacar, porque suele hacer lo contrario de lo que dice. Conoce el recorrido y manifiesta que pensará lo que va a hacer sobre la marcha, lo que quiere decir que ya lo tiene pensado. El domingo tuvo suerte y colocó a Chozas y Alberto Fernández en buena posición.

Echávarri (Reynolds), por su parte, todavía no ha descargado toda la adrenalina que se le ha concentrado tras el desastre del domingo. Esa noche dio un rapapolvo a todos los corredores y confiesa que sus previsiones no se han cumplido. "Tenía pensado que llegáramos a Barcelona sin haber perdido tiempo sobre el resto de equipos y hemos perdído un minuto". A Echávarri le preocupaba no tanto que Moser llevase ventaja sino que algunos de sus mejores hombres quedara descolgado, y eso ha estado a punto de pasar con Gorospe y Laguía. Tendrá que atacar. Tiene bien situado a Pedro Delgado, cuyo objetivo no era la Vuelta, y se le descolgaron Laguía, Gorospe y Arroyo. Los cuatro suben bien.

Por su parte, Linares (Teka) es el que demuestra mayor estado de agresividad. No se puede ocultar que metió a toda su plana mayor en la escapada del domingo. Fue un éxito ,total. Tiene a Blanco y los dos colombianos para ejercer una buena batalla en la escalada y hombres como Emonds o Dietzen en la recámara. "No atacaré", dice, "no hay por qué pasarse en alardes, pero intentaré ganar la etapa". Linares es, en estos momentos, un hombre satisfecho con su suerte y hoy por la mañana reunirá a sus corredores para hablar con ellos. "Nunca lo hago la noche anterior".

Carrasco (Kelme) es más modesto en sus apreciaciones. "Nuestra táctica será la de aguantar cuando Moser se quede. Hombres como Alberto Fernández o Gorospe atacarán, así que, de momento, nosotros vamos a esperar". Recio es su hombre mejor situado (segundo en la general) y el escalador Belda puede remontar posiciones. Perurena (Orbea) también hace gala de precaución: "No tenemos potencial suficiente como para romper la etapa, pero tendremos trabajo y procuraremos aguantar". Su mejor escalador es Yáñez.

Y, por último, Marino Lejarreta y su Alfa-Lum. No cuenta con un buen equipo para esta batalla, por lo que está sólo, pero muchos aficionados conrian en su clase. Ha manifestado con reiteración que lo suyo será el Giro y que a la Vuelta ha llegado corto de preparación, pero en sus piernas lleva ya 1.222 kilómetros de vuelta sin grandes esfuerzos, por lo que se considera que está idealmente rodado para intentar un golpe audaz.

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