Ben Crenshaw, el 'Poulidor del golf'
Ben Crenshaw, una de las figuras más populares del golf, ha conseguido entrar finalmente en el salón de los grandes vencedores, gloria que perseguía desde hace tiempo, tras vencer en la 50ª edición del Masters. Gentle Ben, como se le conoce popularmente, dijo emocionado: "Ganar el Masters ha sido el momento más dulce de mi vida y pienso que nunca habrá otro mejor. He sentido que se me ha quitado un gran peso de encima. Hasta ahora me habían presionado muchísimo para ganar un gran torneo", añadió este tejano de 32 años, que ha sido segundo demasiadas veces. Crenshaw ha sido, hasta ahora, el Poulidor del golf.
Cerca de 5.000 espectadores esperaron en el Augusta National Golf Club la celebración de ese rito único en el mundo del golf, en el que el vencedor de la edición anterior debe colocar la chaqueta verde al nuevo campeón. Crenshaw, que ya empezó a emocionarse a dos hoyos del final de su último recorrido, no resistió a los aplausos ni al dulce momento que vivía. Tomó el micro y sus palabras pronunciadas en un tono triste emocionaron a los norteamericanos. Crenshaw, un estudioso y coleccionista del golf, dijo: "Me siento muy feliz. Ganar este torneo me ha costado y me ha enseñado mucho". Recordó a Bobby Jones, el fundador del Masters, y reconoció que era un enamorado del golf. "Cuando llegué al hoyo 18 sentí un gran alivio. Pensé en mi familia, en el golf, en la escuela, en mis amigos, en mi profesor y en la gente que me ayudó siempre".Crenshaw mencionó a su padre, que se encontraba entre el público, y que luego aparecería entre el regocijo de los espectadores: "Mi padre está por aquí y siempre he tratado de vivir como él me ha educado". Crenshaw tuvo un bajón de juego en 1982 que casi le cuesta la ruptura de su matrimonio. Sólo su profesor y su padre le dieron consejos para que siguiera creyendo en su juego. Tras este instante, Crenshaw se dirigió a Severiano Ballesteros, sentado a su izquierda y enfundado en la chaqueta verde que ganó en 1980 y en 1983: "Seve, yo disfruto viéndote jugar. Eres el más asombroso hoy en día". Ballesteros murmuró con gracia: "Pero no esta semana".
Durante el Masters, Crenshaw jugó un golf sólido, que le permitió ser líder el primer día. "El último día jugué con mucha calma, me acercaba a la bolsa de palos, pensaba cada golpe sin ninguna prisa y contaba con un caddie magnífico leyendo los greens".
Su personalidad, el hecho de estar siempre a la puertas de ese gran triunfo, hacían de Crenshaw el jugador más querido del público para lograr el título final, después de Nicklaus y Ballesteros. Crenshaw pensó por primera vez en el circuito de PGA de 1973 en el Open de San Antonio. Ha sido segundo en cinco grandes torneos. En 1979 en el Open de la PGA, en 1978 y 79 en el Open británico y en 1976 y 1983 en el Masters. También perdió una oportunidad de ganar el Open de Estados Unidos en 1975 cuando su bola, lanzada hacia el hoyo 71, fue al agua y quedó tercero. Por fin ha ganado el Masters y con él 108.000 dólares (unos 16 millones de pesetas), el premio más grande pagado en la historia de este torneo.
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