Combates en Beirut entre las milicias drusa y sunita

Beirut vivió ayer una nueva noche de infierno, pero esta vez no fue tanto a causa de los tradicionales enfrentamientos a lo largo de la línea de demarcación que separa los sectores musulmán y cristiano de la capital, sino a consecuencia de los combates en la zona oeste de la ciudad entre dos milicias musulmanas, la drusa del denominado Partido Socialista Progresista (PSP) y la sunita del movimiento de los morabitun (nasseristas independientes), conocidos popularmente como los almorávides, cuyas sedes resultaron destruidas en tanto que perdían todas sus posiciones callejeras.Los guerrilleros del líder druso Walid Jumblat acabaron en la noche del miércoles al jueves con los pequeños grupos de la milicia nasserista, a la que arrebataron todas las posiciones callejeras que ocupaban, incluida la de la avenida Fuad I, que controla el único cruce al sector cristiano, y destruyeron sus sedes, atacadas a veces con cañones pesados en plena ciudad.

El cuartel general de los morabitun y su emisora de radio ardían en la madrugada de ayer.

La capital de Líbano, Beirut, ofrecía tras esta noche de cuchillos largos, en la que resultaron muertos cuatro milicianos y heridos otros 16, el espectáculo de una ciudad desierta con todas sus tiendas cerradas; y su única animación callejera eran los numerosos vehículos de la organización drusa y los puestos de control de la policía militar del Parido Socialista Popular.