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XIV Juegos Olímpicos de Invierno en Sarajevo

El suizo Max Julen se impuso en el eslalon gigante

La noticia, ayer, en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sarajevo, fue que la RDA y la URSS dejaron escapar los cuatro títulos en disputa. Suiza, por medio de Max Julen, en el eslalon gigante masculino; Canadá, gracias al patinador de velocidad Gaetan Boucher, y el Reino Unido, con la pareja Torvill-Dean, ganaron sus primeras medallas de oro. Noruega obtuvo la segunda con el esquiador-tirador Kvalfoss, en los 10 kilómetros del biatlón. Ayer fue un día extraño para los juegos, que también siguieron el luto nacional en memoria de Andropov, pues la RDA y la URSS no lograron ningún título. Ambos países se encuentran igualados en el total de medallas obtenidas, quince cada una, y aún mandan los alemanes con 6 de oro por 3 de los soviéticos, pero fueron significativos dos fracasos sufridos ayer. Esperados los triunfos británico y centroeuropeo en patinaje artístico y eslalon gigante, no entraban en todos los cálculos las derrotas de los dos grandes en el patinaje de velocidad y en el biatlón.

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El secreto está en la cera

En Bjelasnica, con 18 grados bajo cero, pero buen tiempo, se disputó el eslalon gigante con el recuerdo y el lamento por las ausencias de Ingemar Stenmark y Marc Girardelli. El suizo Julen, un buen especialista, ganó la carrera por su magnífica segunda parte en la primera manga. Julen, que comenzó esta temporada venciendo en una de las dos pruebas de las Series Mundiales, en Bormio (Italia), y fue segundo en otra, ganó también en Les Diablerets (Suiza) el 12 de diciembre una prueba de la Copa del Mundo. Con 1,70 metros de estatura y 64 kilos de peso, el joven helvético, que cumplirá 23 años el 15 de marzo, hizo 29.25 en la parte alta (tras salir en el puesto duodécimo), 20 centésimas más que el yugoslavo Franko, segundo en la Copa del Mundo actualmente y que le precedió con el dorsal 6. Julen, sin embargo, esquió espléndidamente al final y ganó ya la primera manga con 61 centésimas sobre el yugoslavo. El esfuerzo de éste en la segunda, en la que hizo el mejor tiempo parcial y el final, con la pista más blanda y nieve nueva, sólo le permitió recuperar 38 centésimas. El suizo ganó así para su país por 23 una medalla de oro que ya sólo estaba en sus manos desde la caída inicial del líder de la Copa del Mundo, Zurbriggen, al engancharse en una puerta precisamente en la parte final.Andreas Wenzel, de la saga del pequeño Liechtenstein, amenazaba a sólo 10 centésimas de Julen en la primera manga, tras otro recorrido final muy bueno, cedió 57 más en la segunda y sólo ganó el bronce. Los hermanos Mahre nunca estuvieron en la carrera por las primeras plazas y Phil, el mejor no pasó de octavo. Jorge Pérez fue el único español clasificado y cumplió con su puesto 20. Muy regular en las dos mangas, no se pasó de velocidad ni de sus propias fuerzas, al contrario que Carlos Salvadores, quien terminó el primer recorrido, pero fue descalificado al saltarse una puerta, y Luis Fernández Ochoa, aún más acelerado, que no anticipó lo suficiente en el tramo final al ir demasiado forzado y no pudo evitar otro enganchón.

Otro 'espectáculo'

El otro espectáculo, como lamentablemente ocurre siempre en los juegos olímpicos, estuvo en los 50 o más esquiadores de nivel ínfimo que volvieron a luchar por bajar frenando lo suficiente para no caerse, no ser descalificados, y, al menos, poder decir a sus nietos que estuvieron en una final olímpica.

Si en el gigante femenino no se notó tanto, porque las participantes fueron un número muy inferior (sólo 3 argentinas, una china y, sobre todo, una chipriota dieron la nota a más de 20 segundos de la ganadora en cada manga), en el masculino hubo una auténtica invasión. Turcos, chipriotas, marroquíes, libaneses, coreanos, costarricenses y bolivianos, entre otros, superaron el medio minuto y alguno los 40 segundos con respecto a Julen.

Aunque se dice que lo importante es participar, todo tiene un límite, por muy olímpico que sea. Debería ponerse coto a esta pérdida de tiempo en una competición de máximo nivel como los juegos. El orden de salida de estos esquiadores, tan tardío además, con la pista ya estropeada después del paso de muchos participantes, es una desventaja aún mayor. Existiendo los llamados puntos FIS (Federación Internacional de Squí), un equivalente al sistema de marcas mínimas de atletismo y natación o a las listas de tenis, para designar los cabezas de serie y los mejores puestos de salida según las pruebas oficiales de cada temporada, no tiene sentido que se olvide este baremo y se provoque el sarcasmo gratuito.

Existen otras competiciones para rodarse. Los minusválidos, que hace poco disputaron sus Juegos Mundiales de Invierno en Innsbruck y han tenido aquí en Sarajevo un gigante (con el español Faurat entre ellos) no desmerecen en absoluto, incluso de forma impresionante con una sola pierna, ante el gran número de minusválidos técnicos a los que se permitió participar ayer.

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