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XIV Juegos Olímpicos de Invierno en Sarajevo

Primeras medallas para Finlandia y la RDA

Los problemas meteorológicos, esta vez por exceso, no abandonan Sarajevo. El descenso del esquí alpino masculino tuvo que ser suspendido ayer a causa de un viento de 130 kilómetros por hora y una niebla que no permitía la visibilidad a más de 30 metros en la parte alta de la pista de Bjelasnica. La prueba, si el tiempo no lo impide otra vez, pues sigue nevando intensamente sobre toda la zona, se correrá hoy. Finlandia y la RDA ganaron las dos primeras medallas de oro femeninas en esquí de fondo y patinaje de velocidad, mientras comenzó el espectacular y arriesgado luge (trineos).

Los primeros días, en los entrenamientos, fue la escasez. Sólo durante alguna jornada sopló el viento en demasía en las pistas de esquí alpino de Bjelasnica y Jahorina. Un entrenamiento del descenso masculino hubo de ser aplazado. Pero a la hora de las competiciones la meteorología ha empezado castigando con su abundancia las pruebas olímpicas. Y todos los extremos son malos. Lo único que no hace es excesivo frío como en los pasados Juegos de Lake Placid-80, pero la nieve, la niebla y, sobre todo, el temible viento, estuvieron presentes ayer. En Sarajevo, a 540 metros sobre el nivel del mar, han podido disipar con productos químicos la niebla del aeropuerto para que se cerrara el menor tiempo posible. Pero difícilmente lo podían hacer ayer, por ejemplo, a los 2.076 metros de Bjelasnica, la cota más alta de los lugares olímpicos, punto de salida de la prueba reina del esquí alpino. El problema más grave, aunque nevaba además copiosamente, fue el fortísimo viento, un peligro enorme para los esquiadores. La suspensión se decidió al considerar los meteorólogos que las condiciones climatológicas no iban a cambiar.La primera final de los Juegos fue la prueba de esquí de fondo nórdico femenino sobre 10 kilómetros, disputada en la planicie más baja (1.000 metros) de Igman (Veliko Polje) a primera hora de la mañana, cuando apenas empezaba a nevar. La suspensión en este caso, como en todas las pruebas de fondo disputadas casi en llano, sólo se llega a plantear en situaciones de mucho frío, situación distinta a la de Sarajevo. La finlandesa Maria Lisa Haemaelainen, vencedora en la Copa del Mundo del año pasado, se mostró la más fuerte ante las favoritas noruegas y soviéticas. Su victoria entraba dentro de lo posible, pues ya lo había dejado claro en una última prueba preparatoria que ganó el 29 de enero en Klosters (Suiza), sobre cinco kilómetros. Ese día fue tercera la triple campeona mundial de 1982, la noruega Berit Aunli, a pesar de todo, la gran aspirante al título ayer, pero que incluso se quedó sin medalla con un cuarto puesto. Haemaelainen, que salió ya muy fuerte e hizo el mejor tiempo parcial en los cinco kilómetros, superó también a la soviética Smetanina, triple campeona olímpica en Lake Placid-80, siempre segunda en la prueba, y a la otra gran noruega, Pettersen, a la que precisamente quitó la Copa del Mundo-83 en las últimas pruebas tras un impresionante final de temporada. La marca de la primera ganadora olímpica, fisioterapeuta, de 28 años, 1,76 metros y 67 kilos, equivale a un magnífico 10 kilómetros femenino en atletismo, una de sus aficiones, así como la música, la cocina y los trabajos manuales.

Patinaje

Las alemanas orientales, como se esperaba, dominaron la primera prueba del patinaje de velocidad, los 1.500 metros femeninos, que se corrieron bajo una gran nevada. Sólo la soviética Petrousseva, una de las grandes del patinaje de los últimos años, pudo alcanzar la medalla de bronce. Karin Enke, estudiante de Dresde, de 23 años, con un físico impresionante, de 1,76 metros y 72 kilos, aficionada al atletismo y a la música, confirmó su supremacía. Campeona olímpica en Lake Placid en 500 metros ha acumulado en los últimos tres años la mayoría de títulos europeos y mundiales mientras sus compatriotas Andrea Schoene y Gabie Schoenbrunn se han apoderado de las pruebas en que ella no participaba. No les ha dejado opción esta vez en la primera cita olímipica. Karin Enke, plusmarquista mundial de la distancia desde el año pasado con 2.03.40, quedó a sólo dos centésimas de su récord. Patinó a 43,75 kilómetros por hora, velocidad respetable teniendo en cuenta la salida parada, y como curiosidad, dejó a la sueca Carlen, que hizo pareja con ella (las pruebas son como una contra reloj indidivual, pero salen los participantes de dos en dos) a más siete segundos.

El riesgo y la mayor espectacularidad estuvieron en las dos primeras mangas de luge, trineos, una modalidad impresionante. La nieve, que cayó continuamente sobre la pista de Trebevic hizo aun más peligroso el descenso, pues a pesar de ser limpiada a cada momento, se acumulaba en el canal de hielo. El accidente de una participante yugoslava, que se desniveló en la tercera gran curva de las seis del recorrido femenino (993 metros, con un desnivel de 99,80) y a punto estuvo de romperse una clavícula, aseguró ya la emoción en cada participante. Aparte de la calidad para dirigir el trineo sin rozar en las paredes, lo que desequilibra, y hace perder tiempo, también interviene el peso elevado de los atletas para tomar mayor inercia, sobre todo, en mujeres.

Las alemanas orientales arrollaron con los tres mejores tiempos, pero en hombres tuvieron la dura réplica de los italianos, mientras bajaron bastante los soviéticos. Steffi Martin, primera clasificada, de 1,80 metros y 77 kilos, alcanzó una máxima velocidad de 197 kilómetros por hora en la última recta, lo mismo que Bettina Schmidt, de 1,76 y 85 kilos, la más gruesa de la competición. El italiano Haspinger, primero en hombres, logró más de 117 kilómetros por hora, al igual que el alemán oriental Guerlitzer, el italiano Hildgartner (el recordinan de la pista, que mantuvo su plusmarca dadas las difíciles condiciones de ayer) y otro alemán, Walter, que estropeó en la curva final su mejor tiempo de la primera parte del recorrido.

La cola del pelotón de participantes, aunque un yugoslavo hizo peor tiempo al desequilibrarse en la última curva, la tuvo el puertorriqueño Tucker, que bajó a solo 91 kilómetros por hora, a más de siete segundos del mejor tiempo, sin tomar impulso inicial para no alcanzar demasiada velocidad, pese a lo cual estuvo a punto de volcar en una doble curva.

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