La policía desconocía que algunos generales, entre ellos Quintana Lacaci, carecían de protección los fines de semana
El Ministerio de Defensa fue advertido oficialmente por las autoridades policiales, a mediados de enero, de que había sido detectada en Madrid la presencia de un comando de ETA que, según todos los indicios, tenía el objetivo de asesinar a un militar. Defensa cursó una orden general para que se extremaran las medidas de seguridad, pero no se estableció ningún sistema especial para que algunos generales que contaban con protección desde la mañana de los lunes hasta mediodía de los sábados dispusieran también de escolta las tardes de los sábados y los domingos. Entre estos generales figuraba el teniente general Guillermo Quintana, asesinado el pasado domingo. La falta de protección en los fines de semana era desconocida por los mandos policiales.
A raíz de la alarma, los jefes de los tres Ejércitos enviaron a las autoridades policiales una lista de militares y de edificios que, por no contar con protección militar permanente, debían ser custodiados por fuerzas policiales. En la breve lista enviada por el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general José María Sáenz de Tejada, figuraba el ex capitán general de Madrid, Guillermo Quintana Lacaci, a cuyas órdenes había estado el propio Sáenz de Tejada como jefe del Estado Mayor de la Capitanía General de Madrid.En el sistema de protección establecido para los generales incluidos en la lista colaboraron fuerzas de la Policía Militar y de la Policía Nacional. Miembros de la Policía Militar protegían los edificios en los que vivían los militares seleccionados desde la mañana de los lunes hasta los sábados a mediodía. Por su parte, agentes de la Policía Nacional que participaban en la Operación Eslabón acompañaban a los generales de la lista en sus recorridos de ida y vuelta a los centros de trabajo, que en el caso del general Quintana era el Palacio Real, donde hacía un estudio sobre armas antiguas.
Con ese sistema, los generales seleccionados para ser custodiados quedaban sin protección alguna desde el mediodía del sábado hasta la mañana del lunes. "Los fines de semana se hace una vida más privada, más desordenada...", dijeron en el Cuartel General del Ejército. En el propio Estado Mayor del Ejército se estima que los terroristas debieron advertir este detalle durante el tiempo que controlaron los movimientos de Quintana, razón por la que eligieron justamente el domingo para realizar el atentado.
La policía no lo sabía
El gobernador civil de Madrid, José María Rodríguez Colorado, que ayer confirmó todos estos extremos, precisó que las autoridades policiales desconocían que los generales quedaban desprotegidos los fines de semana, extremo que conocieron precisamente tras el atentado que costó la vida al general Quintana.
El sistema de protección para los generales incluidos. en las listas de los cuarteles generales continuaba en vigor ayer en los mismos términos que los descritos anteriormente. A raíz del atentado contra el teniente general Quintana, Rodríguez Colorado se reunió el pasado lunes con los ministros de Interior y Defensa, por separado, pero ayer todavía no existían nuevas instrucciones para evitar que el próximo fin de semana se produzca la situación de desprotección en torno a los generales.
En medios policiales consultados ayer se criticó el hecho de que Defensa no hubiera advertido que los generales de las citadas listas quedaban desprotegidos los fines de semana. "Si lo hubiéramos sabido, se habría establecido alguna vigilancia especial en las cercanías de los domicilios", dijeron. Las mismas fuentes también indicaron que, habitualmente, los cuarteles generales "pecan de sentirse excesivamente autónomos a la hora de establecer los sistemas de seguridad para los generales". Agregaron que, siempre que lo han solicitado los militares, Interior ha prestado la protección que piden.
En este mismo sentido, fuentes del Cuartel General del Ejército manifestaron que, "cuando es necesario, por escasez de medios o por otra razón, se pide ayuda a la policía". "Se trata de un problema muy dificil de solucionar", dijeron, "porque el número de generales es muy elevado y es prácticamente imposible prestar protección a todos ellos".
La protección habitual con la que cuentan ]los principales mandos de los tres Ejércitos está basada en los efectivos de las respectivas policías militares, tanto de loscuarteles generales como de las unidades operativas. En el caso del Ejército, existe también una sección de protección del Cuartel General del Ejército, encargada de custodiar el edificio y, en casos esporádicos, dar protección a sus principales ocupantes. Los principales mandos de éste cuartel cuentan con protección permanente en sus desplazamientos y en sus domicilios. Además, y desde hace sólo unos meses, disponen de automóviles blindados.
Ante la evidencia de que los medios disponibles eran insuficientes, mandos del Estado Mayor se plantearon el verano pasado la posibilidad de crear un Unidad Especial de Protección y Seguridad, proyecto que contó con la aprobación del entonces jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Ramón Ascanio.
Los mandos que realizaron el primer estudio sobre el grupo, redactado en octubre pasado, defendieron la tesis de que, entre las competencias del grupo, se debía incluir la defensa activa frente a los terroristas, consistente en, la neutralización previa de posibles atentados mediante la búsqueda de los terroristas. Una vez difundida la información sobre este hecho, el 26 de octubre del pasado año, el ministro de Defensa, Narcís Serra, maniféstó públicamente que "no habrá ninguna unidad militar de intervención contra el terrorismo".
Paralelamente, el Diario Oficial del Ejército publicó en el último trimestre del pasado año numerosas convocatorias de plazas para integrarse en el grupo especial, del que ya forman parte medio centenar de militares, en su mayoría sargen-tos. Recientemente se han adquirido armas especiales y perros policía importados para este grupo. Hasta que sea creada definitivamente la unidad, la protección directa para los principales mandos militares es aportada por miembros de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil, entrenados en la lucha antiterrorista.
A pesar de todas las medidas adoptadas hasta el momento, tanto en medios policiales como militares se estima que los medios de protección para los altos cargos de los Ejércitos son muy escasos, especialmente para los generales que han abandonado la situación en activo. Por este motivo, fuentes del Ministerio de Defensa señalaron ayer que en las próximas semanas se estudiarán nuevas fórmulas de custodia y, sobre todo, se realizarán gestiones para lograr una mayor coordinación entre las unidades policiales y las militares.
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