Nuevas pérdidas en casi todos los valores negociados
Las pérdidas en los cambios de los valores que se negociaron ayer en los mercados nacionales, continuaron constitunyedo la nota característica de unas reuniones claramente marcadas por el absentismo de los inversores, y donde no quedaba demasiado claro si lo que se pretende es la materialización de las minusvalías acumuladas, o la búsqueda de liquidez para reinvertir en activos de renta fija que ofrecen niveles de rentabilidad, garantizados, bastante más elevados que los conseguidos con negocio de las acciones.La hipótesis de las minusvalías resulta bastante fácilmente aplicable al grupo eléctrico, cuyo indicador particular se encuentra casi un 17% por debajo de los valores iniciales de principios del presente año. Desde este punto de vista no resulta demasiado descabellado pensar que los gestores de algunas carteras institucionales, en busca de una optimización de los resultados de los activos entregados a su tutela, puedan haber llegado a la conclusión de que lo mejor que se puede hacer es materializar las diferencias negativas generadas en los precios de los títulos eléctricos, en busca del incentivo fiscal que representa.
Todo esto sin entrar a considerar los efectos de ese proyecto de ley sobre régimen fiscal de activos financieros, cuyas fotocopias circulan por los círculos próximos a las sociedades de inversión y al mundo de las compañías de seguros, con una prodigalidad realmente sorprendente.
Pero la realidad es que este fenómeno que sería asimilable a los valores eléctricos carece, al menos aparentemente, de aplicación a la práctica totalidad del resto de los valores del mercado, que, sin embargo, continúan manifestando una trayectoria claramente negativa. Los especialistas aquí insisten en señalar que la ausencia de órdenes de compra constituye un elemento definitorio, por cuanto la oferta continúa haciendo acto de presencia en cada uno de los corros, posiblemente con más moderación de la que sería incluso de esperar.
Mención aparte merecen posiblemente los bancos. Por mucho que en este sector se pretenden reducciones, que incluso llegan a conseguirse, en los volúmenes de oferta, lo cierto es que ninguna de las entidades punteras se atreve a iniciar un episodio alcista, posiblemente en prevención de lo que pueda ocurrir después. La existencia de una oferta latente, ampliamente superior a la que se manifiesta a diario en los corros es un hecho casi universalmente aceptado entre los sectores afectados. Esta circunstancia representa un peligro evidente para quien pretenda romper con la monotonía de las repeticiones, que ayer se produjeron casi al unísono, a pesar de que los volúmenes genéricos de oferta puedan resultar más moderados día a día. En concreto, las 18.713 acciones de diferencia vendedora que presentaban los grandes del sector en el mercado madrileño, con ser realmente poco significativas, constituían, aparentemente, un elemento de disuasión suficiente para no embarcarse en aventuras arriesgadas.
En cuanto a las actuales estrellas del mercado, Eléctricas Reunidas de Zaragoza y El Águila, han manifestado unas trayectorias claramente negativas, que en el caso del último valor le llevaban a perder la par, y ofrecer un triste cierre. En Reunidas, las acciones perdían cinco puntos, mientras que los derechos de suscripción registraban otra importante corrección a la baja, concretamente de 20 pesetas.
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