El Barcelona necesitó cinco minutos de prórroga

El Barcelona impuso la ley de su banquillo para derrotar, tras una prórroga de cinco minutos, al Cajamadrid. El conjunto local sufrió un mal incurable durante los tres últimos minutos de partido, el mal del banquillo, y se dispuso a intentar vencer al Barcelona con cuatro titulares eliminados. Era una pena ver cómo la renta del Cajamadrid iba disminuyendo conforme pasaban los segundos sin nadie que lo remediara. Esos minutos los jugó sentenciado, pero el Barcelona estuvo a punto de caer derrotado en el pabellón Virgen del Val, de Alcalá de Henares. Al final sólo un punto de diferencia en el marcador, tras 45 minutos de juego.El Cajamadrid se entona con forme transcurren los encuentros Puede estar preparado para la fase final, puede ser un equipo que haga daño, si se tiene en cuenta que tiene a dos jugadores como Morales y Brabender lesionados. Su técnico, Tomás González, también se está situando y empieza a mover sus peones y a contar con un conjunto. El Joventut lo pagó caro hace dos semanas y el Barcelona estuvo muy cerca de la derrota.

Tomás González puso lo mejor de su plantel con el ánimo de intentar una proeza que nadie imaginaba. Llorente, Beirán, Del Corral, Hunger y McKoy eran responsables de parar al Barcelona y todo pareció concluir cuando el conjunto catalán se puso 8-14 a los cinco minutos. A pesar de un ambiente muy cargado, el temor a un marcador abultado pesaba sobre la afición local. Cuando, poco después, el Cajamadrid alcanzaba un empate a 19 y empalmaba con una racha de juego rápido y agresivo que le situó en 27-2 1, el público entró en calor definitivamente. Estaba claro que había un partido por jugar. Hasta entonces, Serra había visto muy defectuosa la actuación de Davis a quien castigó en el banquillo hasta el final del partido. El técnico local intentó dar descanso a Llorente, pero tuvo que arrepentirse poco después. Sin embargo, con unos cambios acertados, el Cajamadrid puso su máxima diferencia en el marcador (37-27), que fue perdiendo en los últimos instantes hasta llegar al descanso con 48-46.

Serra no pudo darse por sorprendido en la segunda parte, pero el Cajamadrid le resultó insuperable en los 8 primeros minutos. Una racha afortunada permitió al Barcelona llegar al empate a 62 y situarse por encima en el marcador. A falta de seis minutos, ocho de ventaja para los azulgrana. Pero no hubo sentencia, porque el Cajamadrid, con el recuperado Del Corral ya en el banquillo, se empeñó en dar batalla. Serra pidió tranquilidad a sus jugadores y a falta de 24 segundos y con el balón dominado les recomendó esperanza la prórroga (91-91).

Dos minutos después, los hermanos Llorente y la habilidad de Beirán colocaron un sorprendente 99-92 en el marcador. El Barcelona no pudo parar al Cajamadrid, que se le iba de las manos. Las personales se encargaron de hacer ese trabajo y, en fila, se marcharon todos los titulares, a excepción de Beirán. En tres minutos, hasta con un júnior llamado Felipe en la cancha, el Cajamadrid intentó conservar su diferencia en un gota a gota agonizante. Pero se le acabó por los pelos. Le faltó una sóla canasta. Solozábal se encargó, él sólo, de consumir la diferencia.