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Ford España ha instalado 64 robots en sus cadenas de montaje de Almusafes

Guardan las pausas de diez minutos para el descanso, como los trabajadores, y también suspenden su actividad durante las horas de las comidas, La diferencia es que, en lugar de fumarse un cigarrillo o acudir al comedor, permanecen inactivos en sus puestos a la espera de que se reanude la producción. Realizan el trabajo con exactitud y parece que piensen detenidamente cada movimiento que ejecutan con precisión. Son los robots. Ya hay instalados 64 en la planta que Ford España tiene en Almusafes (Valencia), y durante el próximo año se cumplirán las previsiones del programa de automatización emprendido por la empresa, cuando se llegue al número de 88. Cada uno de ellos sustituye a tres empleados, según la dirección, y a seis, según los trabajadores.

Estas complejas máquinas están muy lejos de la idea tópica del muñeco de metal con forma humana Se trata, por lo general, de brazos articulados, firmemente anclados en el suelo y situados en el lugar oportuno de la cadena de producción, que realizan operaciones complejas gracias a que están programados por un ordenador.Hay una gran diferencia entre las máquinas automáticas convencionales, de las que hay bastantes en la factoría, y los robots. Las primeras realizan siempre movimientos iguales, mientras que los segundos son capaces de responde de diferente forma a informaciones diferentes. Por ejemplo, un robot en la planta de motores recoge los árboles de bielas recién fabricados y los coloca en una máquina que los hace girar para comprobar que no son defectuosos. Si efectivamente no lo son, el robot los sitúa en la cadena de montaje. En caso contrario, los sitúa en un emplazamiento diferente para que sean corregidos.A diferencia de lo que ha ocurrido en otras factorías europeas de la firma, en Ford España el comité de empresa no se ha opuesto a la robotización y si bien hay frecuentes enfrentamientos entre dirección y trabajadores por otros motivos, como, por ejemplo, los días de vacaciones, la entrada de los robots no ha planteado ninguno.

La fábrica española no es la más avanzada en la utilización de este tipo de tecnología, sino la de San Louis, en la República Federal de Alemania. Ha sido probablemente en este país donde los trabajadores han acogido con menor reticencia la entrada de los robots. En el Reino Unido, sin embargo, la oposición laboral ha sido muy, dura y algunos de estos ingenios perecieron a manos de los trabajadores, que veían en ellos competidores ventajosos.

Los comités de empresa de todas las factorías de Ford Europa se reunirán el próximo mes de febrero en el Reino Unido para estudiar precisamente la instalación de robots, y parece que se perfila como posible la política de exigir reducción de jornada como contrapartida a la introducción de estas máquinas.

Un competidor del asalariado

Pese a que el comité de empresa de Ford España no se opuso a que fuesen instalados, hay serias diferencias de interpretación sobre los puestos de trabajo que elimina" cada uno de los robots. Según ha manifestado a EL PAÍS el director de producción de la factoría, Claus Siegle, cada uno de ellos realiza aproximadamente la labor de tres empleados, por lo que los instala dos hasta el momento realizan el trabajo de 200 empleados. Para el comité de empresa el cálculo es muy distinto, pues serían entre cinco y seis los puestos de trabajo amortizados por cada robot. La diferencia de cálculo puede estar quizá en que los representantes sindicales consideran también los puestos indirectos afectados, y no lo hace así la dirección. Siempre que se toca este tema, Siegle se apresura a afirmar que la empresa no piensa en despedir a los trabajadores sobrantes por la introducción de los robots, sino en aplicarlos a otras labores, con lo que se gana mano de obra necesaria para los nuevos modelos, más complejos. No obstante, lo cierto es que la Ford ha venido concediendo grandes compensaciones económicas durante los últimos meses a los trabajadores que opten por la baja voluntaria. Para el director de producción, ello no guarda relación alguna con la instalación de los robots, sino con el hecho de que la fábrica tenía unas necesidades mayores de mano de obra en el momento de su inicio, en 1976, y se van reduciendo conforme pasan los años.

Los robots no han hecho aumentar la producción, que se mantiene en las 1.240 unidades diarias de las que hasta 470 pueden 'ser del modelo Escort y el resto del Fiesta. En realidad suponen, a la larga, ' un abaratamiento de la pro ducción, porque el trabajo que realizan es más barato a la empresa que el de los obreros a los que sustituyen. La casi totalidad de los robots que hay ahora en Ford España han sido instalados durante lo que va de año, pues a principios del mismo estaban funcionando cuatro en la planta de motores y nueve en carrocerías y pintura. Antes de fin de año serán instala dos algunos en prensas.Cada robot cuesta 20 millones

La puesta en funcionamiento de estas máquinas en la factoría de Almusafes ha supuesto una inversión media de 20 millones de pesetas por robot, cifra en la que se incluye el coste del aparato propiamente dicho y las instalaciones complementarias necesarias para su funcionamiento, que en ocasiones llegan a ser mucho más caras que aquél. La media del coste del robot sin la instalación está en unos 12 millones de pesetas. Una parte de los instalados en Ford han sido fabricados por una firma sueca y otros montados en España por una empresa alemana.

Siegle, no obstante, afirma no poder dar el coste global que ha supuesto la robotización, puesto que ha ido englobada en otros paquetes de inversiones. La factoría ha invertido durante este año 5.309 millones de pesetas en el programa Fiesta 84 para fabricar esta nueva versión del modelo; 1.891; en el programa Orión, modelo que se comenzará a fabricar a principios de 1984, y 1.600 millones de pesetas, en mejoras para la planta de motores. 223 millones de pesetas más se invirtieron en la reconversión de la fábrica a gas natural, con el fin de abandonar totalmente el fuel y el gasóleo.

"Los robots", dice Siegle, "están calculados para que duren unos ocho años. Por ello no están concebidos para intervenir en la fabricación de un único modelo, sino para poder adaptarse a otros".

El director de producción de Ford indica que la introducción de robots en determinados puestos de las líneas de producción se hace de acuerdo con dos criterios básicos: "En primer lugar, se trata de colocarlos en aquellos puestos en los que al hombre no le gusta trabajar, en muchos casos porque son los peores desde el punto de vista dé la seguridad y la higiene. En segundo lugar, procuramos introducir robots en los lugares en los que al hombre le es muy dificil mantener un buen ritmo de producción porque en ellos se presenta siempre una acusada curva de cansancio".

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