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Eduardo de Inglaterra,

hijo menor de la reina Isabel II, fue expulsado de un pub de Cambridge por interrumpir una partida de dardos. Peter Adams, dueño del local, señalaba horas después que "no sabía quién era, pero si le hubiese reconocido habría hecho lo mismo". El príncipe había salido con un grupo de amigos en la noche del pasado lunes a tomar unas cervezas, y al llegar al Bakers Arms, propiedad de un ex sargento del Ejército, la cuadrilla "se reía demasiado", lo que impedía a los participantes de la partida concentrarse para dar en el blanco. El dueño, que a la mañana siguiente se enteró quién era uno de los juerguistas, se acercó a los alborotadores y les dijo: "Ya está bien, mozos; podéis iros a beber a otra parte".

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