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Moderados y radicales luchan por el control de CC OO de Madrid

Moderados y radicales luchan por controlar la dirección de la Unión Sindical de Madrid de CC OO tras la decisión de Fidel Alonso de no presentarse a la reelección de secretario general en el III Congreso que esta unión que inicia hoy sus deliberaciones en Madrid.Fidel Alonso, considerado como uno de los más radicales defensores de la línea dura de Comisiones Obreras, ha anunciado su intención de centrar sus esfuerzos en apoyar la alternativa comunista, de carácter leninista, que representa Ignacio Gallego, quien presentó recientemente la dimisión de sus cargos en la dirección del PCE.

Fidel Alonso, secretario general de la Unión de Madrid de CC OO, presentará, sin embargo, a uno de sus hombres como cabeza de lista para el nuevo secretariado que habrá de salir de este congreso, Angel Campos.

Campos sería la continuación de una política sindical propugnada por Fidel Alonso, presión frente a pacto social, y que según valoraciones del propio sindicato, carecía de apoyos reales.

En este sentido, y a pesar de que Fidel Alonso ha insistido en que sus razones para abandonar la dirección del sindicato hay que buscarlas en su deseo de participar más activamente en el grupo comunista de matiz prosoviético, en la línea que postula Ignacio Gallego, en medios sindicales se ha subrayado que el todavía secretario general teme un "revolcón" en el congreso, y que no cuenta con los apoyos necesarios para continuar al frente del sindicato de Madrid.

Frente a la candidatura de Angel Campos, los moderados presentan a Juan Moreno, hombre que "de encuadrársele en alguna tendencia partidista, habría que hacerlo en la de Gerardo Iglesias". Juan Moreno, parlamentario del ente autonómico de Madrid, se muestra partidario de la política de concertación como elemento de acción sindical, sin abandonar la de la presión, que sería, siempre, complementaria.

Crítica a los pactos

En el informe de gestión que la comisión ejecutiva presentará hoy ante el pleno del congreso se realiza una dura crítica a la política de pactos, con un saldo netamente negativo al no haberse conseguido frenar el empobrecimiento industrial ni detener el paro. Según el citado informe la política económica del Gobierno "presenta un marcado carácter neolíberal y monetarista".Aunque en la ponencia sobre política sindical se propugna la negociación del plan económico a medio plazo del Gobierno se matiza que ésta debe servir como plataforma para relanzar el Plan de Solidaridad y se insiste en que "es imprescindible convertir la negociación en un gran debate en el sindicato y entre la clase trabajadora, acompañado de las movilizaciones necesarias".

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