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La gestión presidencial lleva a la gimnasia española al borde de la suspensión de pagos

Luis Gómez

La Federación Española de Gimnasia ha pasado en las últimas semanas por momentos de apuro, como consecuencia de la gestión económica de su presidente, y que han motivado una situación temporal de suspensión de pagos. Las entidades bancarias con las que opera dicho organismo no respondieron a diversos pagos, porque no tienen credibilidad en quien gestiona la Federación, y así cuatro letras por valor total de 1.000.000 de pesetas fueron protestadas el 25 de octubre pasado. La Federación ha realizado intensas gestiones con el Consejo Superior de Deportes (CSI) para resolver una cada vez más complicada situación, a la vista de que talones destinados a pagar a gimnastas también han sido devueltos. Ángel Gómez, el presidente, sigue siendo fuertemente contestado. Tanto el tesorero como un directivo de su junta directiva han presentado la dimisión, pero él se resiste, lo que obligará a la convocatoria de una asamblea para tratar de este tema.

El presidente de la Federación Española de Gimnasia, a pesar de que es consciente de que ha quedado en una situación desairada por su relación laboral con el Consejo Superior de Deportes, del que será despedido en breve, y por el enfrentamiento que ha provocado con la Federación Catalana de Gimnasia, no dimite. Toda su estrategia, en las últimas fechas, se basaba en argumentar que todo el desprestigio que se vertía sobre su persona (haber cobrado del CSD sin trabajar, mala gestión económica, mala gestión deportiva) estaba originado por la Federación Catalana de Gimnasia, entidad a .la que acusaba de irregularidades contables. Así se inició un enfrentamiento entre ambos presidentes, el citado Ángel Gómez, y Juan de la Llera, que concluyó en una querella criminal interpuesta por éste último.Todas estas acusaciones quedaron en entredicho hace pocos días cuando se tuvo conocimiento de dos hechos: la auditoría de la federación española había resultado negativa, con un dictamen de abstención de opinión, y la auditoría realizada por el mismo organismo a la federación catalana había sido resuelta con un dictamen favorable. A pesar de ello, Ángel Gómez insiste en que todos están equivocados excepto él. En sus cuentas, el CSD le recrimina falta de inventario, no contabilizar todas las operaciones y desviaciones en los presupuestos.

La principal acusación vertida, y que originó una querella criminal, proviene del presidente de la española quien hablaba de irregularidades en ciertas facturas de gastos de la catalana. Ángel Gómez conserva en su despacho un archivador con una historia de estas irregularidades. Algunas de ellas hacen mención a facturas de no más de 300 pesetas, pero la más grave, de la que hace mayor ostentación pública, corresponde a una factura de una cena celebrada en el Real Club Náutico de Barcelona, el 19 de diciembre de 1981, por una cuantía de 43.700.

Según la versión de Ángel Gómez, en la factura hay ciertas tachaduras en el espacio correspondiente a la entidad a quien se abona la comida. Sin embargo, según la versión opuesta, en la citada cena, a la que asistieron 23 personas, estaba presente Ángel Gómez, lo que significa que éste sabía en todo momento a que se debía dicha factura. Ésta suponía el material más importante de que gozaba toda su argumentación. Sin embargo, la auditoría efectuada a la catalana dio por buena dicha factura ya que obra una justificación expresa del Club Náutico sobre los términos de la misma, justificación que tiene Ángel Gómez pero que no ha querido utilizar.

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