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Primera División: Cinco equipos comparten la cabeza

Sosa victoria del Madrid ante un amigable Osasuna

Parecía un partido televisado, en diferido, en día de tormenta (o sea, sin sonido), y a la hora del café. Todos sabían quién iba ganar. Era la hora de la siesta o de la tertulia con la abuelita. Sabido es que esas no son horas de violencias (Ángel sólo dio una tarascada). Sonhóras para apreciar la belleza, las cualidades de los futbolistas y su conjunto. Con el corazón frío, un público callado y con ganas de aplaudir vio que Juanito jugó a sus anchas, que un voluntarioso Martín no acaba una jugada, y que el tiempo de retención del balón es directamente proporcional al tiempo que tarda el débil en subirse a las barbas del fuerte. Todo esto se vio en un partido en el que no pasé nada.Salió Osasuna muy formal Marcajes al hombre en su propio campo. Purroy, habitual lateral se encargó de Santillana, pues el navarro, hasta ayer, dominaba el juego aéreo. Castañeda, habitual central, tenía la ingrata misión de contener a un Juanito preciosista y juguetón, pero como el rendi miento del extremo es cosa imprevisible, de esta misión no hay que echarle la culpa al yugoslavo Brzic, que va aprendiendo fútbol español poco a poco.

Los rígidos marcajes se mantuvieron hasta que los madridis tas apagaron el puro y se moles taron un poco en cambiar sus posiciones. La mera entrada de Metgod o Stielike por las ban das, descabalaba todo el planteamiento navarro. Pasaron unos minutos de parsimonia, de retención de balón, de juego ho rizontal. Pareció que Osasuna iba a trenzar algún contraataque, al menos para asustar a la dormi da parroquia. Todo fue inútil. Allí no había contrario. En cinco minutos Santillana resolvió el partido, con un disparo al poste entre uno y otro gol. El público, como estaba para apreciar lo, bueno, aplaudió fuerte el segundo, así como unas triangulaciones madridistas y un caracoleo de Lumbreras, un buen jugador a los 18 años, que se ha estancado en los 22.

Se reanudó el partido en el segundo café (¿O fue al revés?). El Madrid, con Juanito de protagonista, salió dispuesto a pasarse la pelota en el área pequeña de Vicuña. Sólo así se explica que no marcaran tres goles en los primeros cinco minutos. A raíz de un disparo al poste de Juanito, los madridistas no se esforzaron en apuntar mejor. Bajaron la guardia, y Osasuna intentó su suerte con Martín. Una de dos, o el extremo corre para que sus compañeros no puedan pillarle, o sus compañeros se desplazan en sentido inverso a un hipotético punto de encuentro. Es descorazonador ver desperdiciar tantas energías sin que nunca exista la mínima hilazón entre las líneas. Tanta confianza tenía el Madrid en su superioridad que hasta Metgod se dedicó momentáneamente al marcaje de Martín.

El partido, en fin, sirvió para confirmar que Bonet es incorregible. Se ganajustamente las tarjetas hasta en el partidillo ¿le los miércoles. A lo que uno,alcanza a comprender, un mundo de paz y amor debe semejarse mucho a lo que se vio ayer en el Santiago Bernabéti. Todos, espectadores y jugadores, salieron como llegaron, tranquilos, limpios y correctos.

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