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Udo Lindenberg, 'rockero' y pacifista

Ídolo en las dos Alemanias y molesto a ambos lados del muro de Berlín

Al fin lo consiguió. Después de 10 años de espera, Udo Lindenberg y su orquesta Pánica, rockeros de la República Federal de Alemania, pudieron actuar en el palacio de la República de Berlín Este, durante 20 minutos, en un festival pacifista contra los cohetes atómicos de la OTAN. Tras su actuación, Udo tranquilizaba a los periodistas curiosos que le preguntaban si la gira del próximo año a la República Democrática, Alemana estaba condicionada a aceptar alguna forma de censura. "El Lindi (Lindenberg) no se deja castrar", explicaba el rockero a sus interlocutores.

Udo Lindenberg es el ídolo de la juventud alemana del Este y del Oeste y también una bestia negra para el sistema a uno y otro lado del muro de Berlín y las alambradas. Thomas, de 19 años, alemán del Oeste, tiene su habitación decorada en Bonn con un póster gigante de Udo y dice que le gusta "porque dice la verdad en sus canciones y canta contra el establishment y los pequeños burgueses". Bettina, de 20 años, alemana del Este, esperó ante las barreras controladas por la policía y los servicios secretos, en Berlín Este la llegada de Udo, cuya imagen llevaba en Ia camiseta."Me gusta por sus textos", dice.Lindenberg nació hace 37 años en Gronaus, una pequeña ciudad de Westfalia, cuyos habitantes tienen fama de tercos. Udo hizo honor a esa fama. Como no podía cantar en la República Democrática Alemana, escribió el texto de El tren especial a Pankow, que se convirtió en éxito entre los jóvenes de la Alemania del Este. Sin el menor respeto, Lindenberg canta al máximo dirigente, Erich Honecker; le llama honey y dice en la canción "yo creo que, en el fondo, tú eres un tipo pasota, un rockero en realidad, que en secreto viste la chaqueta de cuero y se encierra en el retrete para oír la radio de Occidente".

Las radios de Berlín Oeste repetían un día y otro El tren especial a Pankow, que quería tomar Udo Lindenberg para cantar en el palacio de la República. Al fin, Udo se salió con la suya y le autorizaron a actuar, aunque sólo fuese 20 minutos. Para un observador distanciado, un caído de la rebelión estudiantil de 1968, Lindenberg canta mal, con voz de recién levantado de la cama y lleno de asco vital. La orquesta Pánica tampoco justifica con su música el éxito conseguido, pero Udo ha sabido conectar en el estado anímico de la juventud alemana, expresar sus sentimientos en su misma jerga desgarrada e irrespetuosa. Con el mismo tono en que se burla de Honecker, Lindenberg canta sobre la estupidez del servicio militar: "Estoy en el ejército y soy un pobre diablo. El fin de semana fue bomba. Me gusta mi chica y ahora una semana sin ella. Sólo me queda el onanismo. Por la estúpida patria, la mano sobre mí mismo, el onanismo. La camisa queda almidonada y la rodilla, temblorosa". A Lindenberg no le inquieta la perfección de su música y sus canciones, ya que "la imperfección hace a la persona más encantadora, porque no parece tan lisa y tan planchada. Esa plancha llamada éxito anula la vida".

Con esta fórmula, Udo lleva 10 años de éxito, desde que en 1913 pegó el salto con su disco Todo claro en el Andrea Doria, ya que tenía una canción en la que Udo hablaba de la Chica de Berlín Este, que suena con un concierto en la Alexanderplatz, con los Rolling Stones y un conjunto de Moscú. La chica de Pankow tiene un amigo del Oeste que se tiene que marchar porque llegan las 12; a esa hora se acaba el visado y hay que atravesar el muro.

En, su último disco, Odisea, Lindenberg canta sobre los machistas, los gurús, las mujeres que se dedican a desarrollar los músculos, los turistas de Neckermann que van en busca del sexo a Tailandia y el niño que no quiere comer y su madre le habla de los que se mueren de hambre. El niño vacía su hucha y pregunta qué hace Dios. La madre responde que "cerró el cielo y se fue de viaje; se fue muy lejos y le importa un pito todo".

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