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Baloncesto

Estudiantes sorprendió al CAI Zaragoza

Luis Gómez

Hay partidos de baloncesto que se ganan jugando con los bajitos del equipo. Es como si un partido de fútbol lo ganan los defensas. De formaciones que tiene, de vez en cuando, cada especialidad deportiva. Y a fuer de casual, ayer el Es tudiantes, su técnico mejor dicho lo hizo de forma premeditada: dispuso a su mejor cuadrilla de enanos en actitud de derrotar a uno de los favoritos del grupo Par, el CAI Za ragoza, candidato por otra parte a fastidiar la trayectoria del Caja madrid. La experiencia, arriesgada, tiene su lógica amparada en que los bajos no suelen tirar bien, pero defienden mejor y roban ba lones, datos no espectaculares pero prácticos. La táctica estuvo punto de quedar patentada, por que el técnico del CAI Zaragoza también empezó a sacar a los bajitos. Perdió, naturalmente.El CAI Zaragoza, que iba para subcampeón, pagó muy cara su soberbia. La suya fue una de esas derrotas que duelen y aun con mejor equipo, mejor banquillo, mayor altura y mejor calidad técnica, no pudo en ningún momento dominar el encuentro. Apenas estuvo en cuatro ocasiones con un punto por delante, pero al final convirtió su aspiración,al triunfo en pura impotencia para resolver el encuentro.

Garrido, técnico del Estudiantes, debió tener alguna premonición para intentar una táctica tan arriesgada. En los primeros minutos mantuvo un cinco inicial teóricamente lógico, dos pivots, un alero, un escolta y un base. Frente a élun rival con tres hombres de más de dos metros, Allen, Davis y Arce ga, más Díaz y Bosch. A fuerza de ver cómo Aleksinas, cada vez más en forma, se bastaba para dominar el rebote, entendió que con un pivot era suficiente. Tal es la hegemonía física del americano que necesita que le dejen sólo. Y le dejaron, de tal forma que un pivot fue susti tuido por un escolta, que es como un alero más bajo. El resultado de fensivo de esta táctica fue tan con tundente que el CAI Zaragoza no sólo no acertó a encontrar posición de disparo sino que tampoco pudo detener la fuerza ofensiva del adversario. El marcador resultó algo corto, pero suficiente.

En la primera parte, los 20 minutos resultaron más igualados, con ventajas constantes del Estudiantes no superiores a los cuatro puntos. En la segunda, el CAI perdió tal cantidad de pases que Estudiantes pudo ensayar el contraataquey ponerse incluso de 14 arriba. Hubo lucha constante, pero el equipo local dedicó los últimos cinco minutos a administrar la ventaja.

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