En defensa de Carrillo

He leído estos días muchas cosas sobre el discurso de Carrillo y me duele ver la hiel morbosa de algunos periodistas que, creyéndose por encima del bien y, del mal, se han ensañado con él de una manera cruel y negativa. Digo esto porque en nuestro país la historia, para algunas cosas, se hace volan do, y el que hasta hace muy poco era un elemento clave de convi vencia, de sentido político y con una visión clara de las circunstancias es ahora, más o menos, un político trasnochado con afán de notoriedad, y todo esto, señores, en un tiempo récord de cinco o seis años. La historia la escriben algunos con los pies y sin quitarse los zapatos, y la comienzan y la terminan con un editorial cuando les da la gana. Y no, señores, Carrillo vive y sigue siendo un político necesario para esta España tan falta de eso mismo: de políticos con mayúscula. Lo demás es hacer eco al sensacionalismo de cierta prensa y a la reacción que se alimenta de ello. /