La Guardia Civil estudia la compra de 80 embarcaciones para perseguir el contrabando

La Guardia Civil estudia un plan de adquisición de 80 embarcaciones dotadas con medios de localización y transmisiones para la lucha contra el contrabando, según se ha sabido de fuentes próximas a estos servicios. Hasta ahora, se cuenta con unas 300 pequeñas embarcaciones en toda España -algunas son botes de remos- para cubrir servicios dentro de puertos y bahías, es decir, dentro del recinto aduanero, "medios totalmente insuficientes para esta labor" según la misma fuente.

Con la realización del proyecto de adquisición de medios, valorado aproximadamente en 1.800 millones de pesetas, la Guardia Civil dispondrá de embarcaciones de 15 a 20 metros de eslora y cierto calado para utilizar en el Atlántico, y otras de 10 a 15 metros, semiplaneadoras o lanchas rápidas, para su uso en el Mediterráneo.Los nuevos barcos serán meros soportes de los sistemas de alerta, detección y transmisión con tierra que en ellos serán instalados, dado que en tierra su funcionamiento es prácticamente nulo.

Por el momento, no hay una petición concreta a casa comercial alguna, aunque expertos de los servicios fiscales han viajado a Francia e Italia, donde han estudiado sistemas de estrategia y medios que utilizan contra el contrabando, cuyas conclusiones han servido de base para una primera impresión.

Al no poder competir con los contrabandistas en velocidad -utilizan en ocasiones lanchas de tres motores de más de 300 caballos cada uno-, la actividad de los servicios fiscales se ha de centrar en el envío a tierra de la información de que se disponga, merced a los medios colocados en el mar (radares, sonares y medios de transmisión), sobre movimientos de embarcaciones.

Está previsto que el servicio funcione a pleno rendimiento en tres años. Según la misma fuente, existe el convencimiento de que se amortizará solo, y prueba de ello es que el año pasado se aprehendió por valor de 14.000 millones de pesetas.

La práctica totalidad del plan se hará de forma progresiva, y en el primer año se atenderán las zonas más preocupantes en este sentido: Galicia y el norte de la Península, y el estrecho de Gibraltar por el tráfico de drogas.