Los ciclistas españoles, favoritos en el mundial profesional de fondo
El ciclismo español puede completar mañana su positiva temporada en el campeonato del mundo que se disputa en la localidad suiza de Saint Gallen. La gloria del podio está al alcance de alguno de los 12 profesionales seleccionados por José Grande. Un Mundial sin Bernard Hinault, y con el campeón mundial, Saronni, en aparente baja forma, puede convertirse en la* explosión española. Para ello "habrá que olvidar muchas cosas", como dice Alberto Fernández, y trabajar en equipo, "alguna vez tiene que ser la primera", que arirma Marino Lejarreta. Los profesionales españoles no deben encontrar al enemigo en casa.
Han sido varios años, dernasiados, de una mediocridad asustante. Muy lejos en el tiempo quedaban las hazañas de un Loroño, Bahamontes, Julio Jiménez, Fuente y Ocaña. A partir de este último, la nada casi absoluta. Sorprendentemente este año el cambio ha sido espectacular. El renacimiento del ciclismo español, la revalorización de una serie de corredores ha resultado tan positiva que hasta sus más directos rivales les dan como favoritos en una prueba de la competitividad y las peculiaridades del mundial.Todo comenzó en la Vuelta. Al monstruo galo Hinault no se le permitió que se diera un paseo por las carreteras españolas. Venció, pero a costa de un sufrimiento terrible que le impidió intentar su quinto éxito en el Tour de Francia, a causa de una lesión en su rodilla; tampoco estará en la prueba que otorgará el título del mundo. Marino Lejarreta, Alberto Fernández, e incluso el joven Julián Gorospe hasta su desfallecimiento en el alto de Serranillos, estuvieron a punto de derrotar al corredor galo.
Giro de Italia y Tour de Francia confirmaron el resurgir hispano. El Zor que dirije Javier Mínguez no tuvo rival por equipos en la ronda italiana, y Alberto Fernández fue tercero en la general, tras Saronni -la carrera estaba hecha a su medida- y Visentini. Y en el Tour, la explosión del Reynolds, con Ángel Arroyo y Pedro Delgado como grandes animadores de la carrera por etapas más importante del mundo. Arroyo fue segundo, tras el seguro servidor de Hinault, Laurent Fignon, y evidenció una calidad e inteligencia propia de los grandes campeones.
Hasta aquí la parte bella de la película. Queda la incógnita de lo que puede ocurrir en una prueba como el mundial, a una sola carta, donde fuerza, estrategia y desfallecimientos momentáneos juegan bazas decisivas al mismo nivel. No está Hinault; Saronni, según su costumbre, lleva tiempo llorando su mal momento de forma, aunque el actual campeón del mundo no se fia ni el propio Marino Lejarreta. El vizcaíno, enrolado en el equipo italiano Alfa Lum, ha aprendido a conocer a Saronni. "Tal como le he visto últimamente, apostaría en un 75% que no acaba la carrera. El otro 25% lo dejo a la posibilidad de que esté intentando engañar a todo el rnundo".
Buscarán el podio
José Grande, 39 años, profesional durante ocho temporadas en equipos como Werner, Teka, Sic italiana y Kas, es el seleccionador nacional desde hace escasos meses. No ha tenido muy difícil la elección de los 12 hombres que lucharán por meterse entre los tres primeros. Una selección potente respetada e incluso temída por el resto de competidores. Hay cuatro del Zor -Alberto Fernández Faustino Rupérez, Pedro Muñoz y Eduardo Chozas-, otros cuatro del Reynolds -Ángel Arroyo, Pedro Delgado, Julián Gorospe y Carlos Hernández, éste último campeón de España-, dos del Kelme -Vicente Belda y José Recio-, uno del Teka -Antonio Coll-, y, por supuesto, Marino Lejarreta.Un equipo para competir y luchar por la victoria. La incógnita se centra si se trabajará en equipo. Esta es la cuestión. Grande, el seleccionador, parece convencido de ello: "Sé que todos van a cooperar como un bloque y harán de gregarios si hace falta. Antes de la carrera vamos a hablar con todos ellos y con sus directores de equipo, en busca de esa unidad que es necesaria y que estoy convencido que se producirá".
Alberto Fernández pone el dedo en la llaga: "no es cuestión de mi competencia, pero pienso que para lograr esa unidad en el equipo hubiese sido mucho mejor que desde la Vuelta a Castilla todos hubiésemos estado juntos, compitiendo en las mismas pruebas, las italianas que hemos realizado el Zor y Marino. No quiero decir que la preparación del resto. de compañeros sea mala, pero es evidente que se ha perdido la oportunidad de correr etapas con kilometraje y características muy similares a lo que nos vamos a encontrar en el mundial. No se han hecho las cosas así y pienso que es un error".
Marino Lejarreta sabe que "es muy difícil en este tipo de carreras trabajar en equipo, casi nunca se ha conseguido, aunque algún día debe ser el primero. Desde luego es básico, pero todo va a depender de cómo se plantee la carrera, y eso es cosa del seleccionador". Y Alberto Fernández es tajante: "hay que olvidarse de muchas cosas. Los propios corredores debemos der honestos. Si yo he mantenido una trayectoria como para aspirar al podio, pero no me encuentro bien en un momento de la carrera, me pondré a trabajar para los que vayan mejor".
Otra cuestión básica, la táctica, el planteamiento, la estrategia. Grande afirma "por las características del circuito en principio lo ideal parece no arriesgar de salida, mantenernos a la expectativa, sin perder comba en ningún momento, y llegar fuertes a las cinco últimas vueltas. A partir de entonces habrá que lanzar a los hombres que mejor se encuentren porque la lucha ya será terrible".
El circuito
El trazado de la carrera puede calificarse como duro, pero sin estridencias. Los corredores deberán realizar 18 vueltas hasta completar 270 kilómetros. De salida hay dos kilómetros llanos; la primera cota se inicia en el 1,99, y alcanza una diferencia de altitud de 53 metros en el kilómetro 2,813; a partir de ahí hay un ligero descenso hasta el 4,715, donde se encuentra la dificultad más importante.
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