El atletismo más subdesarrollado del mundo también compitió en Helsinki
El atletismo se practica en 170 países. Estados Unidos, la Unión Soviética y la República Democrática Alemana son los mejores. Quedan 167. Quitando a los europeos que les siguen, algún americano, otro africano y Australia, la cuenta desciende a 130. Quitando 30 que tienen algún atleta que puede competir a nivel internacional, quedan todavía 100. De éstos, 59 acudieron a los mundiales. En Helsinki tuvo que verse, inevitablemente, otro atletismo, el subdesarrollado.
Las pequeñas islas del Caribe, del Indico y del Pacífico fueron las delegaciones que aportaron la mayor parte de espontáneos, que era como se conocía en Helsinki a los atletas que competían sin posibilidad alguna de superar la primera eliminatoria. Acudieron a los mundiales por invitación de la Federación Internacional.Para que a las finales llegaran los mejores fueron necesarias numerosas eliminatorias. En algunos casos, en perjuicio de grandes atletas, pero que acostumbran a dosificar sus actuaciones. En las series de 5.000 hubo atletas que salieron con zapatillas de entrenamiento para no sufrir una recarga muscular a consecuencia de los clavos. Tampoco era necesario correr tanto, únicamente lo imprescindible pues había que eliminar sólo a seis atletas de los 36 participantes.
El material deportivo que lucieron algunos participantes proporcionaba ya una idea de su nivel. Chándales improvisados -no figuraba el nombre del país-, camisetas y pantalones de rafia y zapatillas de ballet para la maratón, quien las llevase.
De las 41 pruebas celebradas en los mundiales, en cuatro las peores marcas correspondieron a representantes de países que tienen cierta tradición atlética. Éstos fueron Jamaica, Etiopía, Hungría y Canadá y Austria conjuntamente.
El jamaicano Colin Bradford fue oficialmente el peor de los 53 participantes en 200 metros. Se lesionó al final, en una prueba en la que abundaron los espontáneos; quedo a 1.15 de Gervais Kirolo, de La República Centroafricana.
El etíope Wimana Girma, en 3.000 obstáculos, se presentó en un pésimo estado de forma. Participaron 35 atletas. Por ser una prueba que requiere una mínima infraestructura no abundaron los atletas espontáneos.
En el relevo 4x4OO masculino tampoco hubo representación del atletismo subdesarrollado, sencillamente porque no tienen más que un par de velocistas. Los húngaros Menczer, Ujhelyi, Takacs y Vasvari realizaron el peor tiempo de los 16 equipos inscritos.
La pértiga, prueba de cierta exquisitez técnica, impidió una masiva participación. De los 21 atletas siete no lograron ningún salto válido. El austríaco Fehringer y el canadiense Barber fallaron sobre 5,10. Tampoco lo hicieron mejor, aunque ya sobre alturas superiores, Haapakoski (5,25) y Olson, Tully, Quignon y Yantchev (5,40). Peor, sin embargo, hubiera sido, si llega a participar en salto de altura la recordwoman de Libia, que tiene su límite en 1,15 metros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.