Los españoles cumplieron en una jornada que destacó por la prueba final de los 10.000 metros lisos
Los campeonatos del Mundo de Atletismo han comenzado a cobrar el interés esperado. La tercera jornada consagró a Cova, Wuelbeck y confirmó a la checa Jarmila Kratochvilova, al vallista americano Edwin Moses, a la saltadora Bykova, a la campeona de heptatlón Neubert y al lanzador de martillo Litvinov. Los atletas españoles no desmerecieron en esta jornada plena de figuras. Corgos se clasificó para la final de longitud, Domingo Ramón y Sánchez Vargas para las semifinales de 3.000 metros obstáculos y Prieto fue undécimo en 10.000 metros, una prueba que moviliza a toda la afición finiandesa.
El público finlandés es un apasionado de los 10.000 metros y de la jabalina. Tuvo que celebrarse ayer una de estas finales para que al estadio olímpico acudiera el 10% de los habitantes de la capital, con lo que se registró el primer lleno de los mundiales. El 10.000 en Helsinki es una fiesta. Y sus protagonistas ofrecieron un recital histórico. Hasta el último metro, después de: dar 25 vueltas a la pista, no se adivinó el ganador. Hubo 18 cambios en la cabeza hasta que en la última vuelta se corrió a muerte. El ritmo en los mil metros finales fue de 2.30. Prieto aguantó una carrera que no se ajustó a sus condiciones y ganó a hombres como Salazar, Mamede y Jones.Shahanga, Debele y Kedir, tres africanos, fueron los atletas que marcaron el ritmo en el 10.000. Salieron a 2.47 el kilómetros para bajar a 2.56 a mitad de carrera. Después, nadie quiso tirar. Carlos Lopes no se atrevió a jugar su baza y. tampoco salió del grupo. Kunze y Schildauer quedaban a la expectativa: Mamede y Salazar, descolgados desde el principio. Vainio, a falta de dos kilómetros reavt`vó la carrera -2.48 del kilómetro 7 al 8 para volver a esconderse después- Nadie quería arriesgar. Kedir ralentizó nuevamente la carrera. Schildauer fue el primero en descubrir sus cartas.
Al paso por meta, en la última vuelta desencadenó la batalla. Tras él, Kunze, Shahanga, Vainio y Cova, distanciados claramente entre sí. A la salida de la última curva se sucedieron las alternativas. Schildauer y Kunze resistían y fueron despegándose de sus rivales. Cova, el último del grupo, se abrió a la calle cinco y voló. Llegó con el tiempo suficiente para levantar los brazos hacia el cielo.
Un telonero de lujo
Wuelbeck fue otro gran campeón. Hasta ahora había sido un telonero de lujo. Eterno segundo en las pruebas estelares de las reuniones internacionales, finalista en los Juegos de Montreal y campeonatos europeos de Roma y Atenas, la marca con la que ganó hizo olvidar la ausencia de Coe. Tras éste, Juantorena, Boit y Wolilouter, el campeón mundial se sitúa como el hombre más rápido en el 800. Wuelbeck mejoró en un segundo el récord de su país. En 1.000 metros tiene una marca de 2.14.53 y en 1.500, de 3.33.74.
Moses, Litvinov, Tamara Bykova -intentó el récord mundial junto con Ulrike Meyfarth sobre 2,03- Ramona Neubert -13.29 en cien vallas, 23.27 en 200, 15.38 en peso, 1,80 en altura, 6, 77 en longitud, 45,12 en jabalina y 2.11.34 en 800- y Jarmila Kratoclivilova ganaron las restantes finales. Esta última atleta correrá hoy la final de 400 metros para convertirse en la primera mujer que gana, junto con el 800, estas dos pruebas de una misma gran competición.
La participación española solo tuvo -un desafortunado protagonista: Torres quedó eliminado con la 29 marca (8.41.87) de los 35 participantes en las series de 3.000 obstáculos. Domingo Ramón (8.27.19) y Sánchez Vargas (8.25.92) las pasaron fácilmente.
Corgos también superó la serie de calificación -7,90 en longitud-, tras realizar 7,88, nulo y 8,05 con 1,3 metros por segundo de aire a favor. Este mismo aire, pero en contra, fue el que tuvo Lewis para realizar 8,38 en su único salto. Corgos realizó su mejor marca de la temporada pese a tener problemas en el abdomen.
Y ahora, sin cordones
Corre con una zapatilla, la izquierda, desatada, y hace la octava mejor marca mundial de todos los tiempos -ya tenía las seis primeras- Estuvo el año pasado inactivo a causa de una neumonía y se proclama campeón mundial. Ayer Edwin Moses volvió a correr contra sí mismo. Al segundo le sacó ocho metros de ventaja. En el estadio olímpico de Helsinki sumó su 79 victoria consecutiva. En septiembre llevará seis años invicto.Edwin Moses, que es ingeniero en cabezas de misiles es uno de los atletas más fabulosos en la historia del atletismo. Si se lograra reunir en una utópica final a los ocho protagonistas de las carreras más rápidas celebradas en todos los tiempos, Moses aparecena siete veces; el otro hombre sería Harald Schinid, que entraría séptimo.
Ayer Moses no batió por cuarta vez el récord del mundo (47.13) porque en la recta final se le desató una zapatilla. Afrontó las dos últimas vallas con el riesgo de desequilibrarse y ese detalle supone las centésimas suficientes como para que el bajar de 47 segundos en 400 vallas todavía tenga que esperar. En la gira europea que seguirá a los mundiales, Moses será uno de los atletas más cotizados. El público está ávido de récords mundiales. Se pagan a medio millón de pesetas, más el fijo de salida.
Quizás a Moses haya que ponerle un fijo especial por batirse a sí mismo.
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