José Muñoz Cózar,
sevillano, de 53 años, no es precisamente un ciudadano amante de los murciélagos. Su aversión no le viene de ningún episodio draculino al que se asocie este animal, sino por algo más sencillo. Cuando conducía una furgoneta por la calle de Fray Diego de Cádiz, en la capital andaluza, un murciélago se introdujo por la ventanilla del vehículo y se le adosó al pecho. Al tratar de quitarse de encima tan molesto acompañante, perdió el control y chocó contra una casa, sufriendo lesiones sin pronosticar y provocando daños en la fachada y puerta de la vivienda, informa .
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