La Seda de Barcelona obtuvo millones de beneficios tras dos años de pérdidas
La seda de Barcelona S A consiguió unos beneficios de 305 millones de pesetas durante el ejercicio de 1982 lo que supone un cambio decisivo en la mucha de una de las más importantes empresas españolas de libras textiles, que habla acumulado unas pérdidas de 1.453 millones de pesetas durante los dos ejercicios anteriores. Por esta razón, el presidente de la sociedad, el ex ministro Vicente Mortes Alfonso, señaló que las operaciones destinadas a cubrir la deuda anterior ha impedido el reparto de beneficios.
Los accionistas de la sociedad, sin embargo, han obtenido una saneada rentabilidad, a pesar de la cubertura de las anteriores pérdidas, al beneficiarse de una ampliación de capital de 11 acciones nuevas, liberadas al 80%, por cada 12 antiguas. La operación ha sido un éxito notorio ya que a pesar de haberse prácticamente doblado el capital, la cotización de las acciones subió de los 45 enteros en que se encontraba antes de iniciarse la operación a los 61, durante su curso, y últimamente han llegado a los 71 enteros.Vicente Mortes señaló que "ni el mercado interior ni los exteriores han mostrado hasta ahora síntomas de reactivación por lo que es arriesgado avanzar una hipótesis; sin embargo, confío en que este año tampoco habrá pérdidas y con un poco de suerte confío en que el balance del 83 luzca otra vez beneficios".
El presidente de la sociedad señaló que a pesar de las específicas dificultades por las que atraviesa el sector desde hace años, a pesar de las caídas de tantos de sus clientes y a pesar de las fuertes pérdidas acumuladas, la Seda de Barcelona ha seguido invirtiendo, con fe en su futuro, para mejorar sus tecnologías y disminuir drásticamente los costes.
Durante los últimos tres años la sociedad ha reducido su plantilla en más de un 25% y paralelamente se ha acogido al Plan de Reestructuración Textil, lo que le ha permitido mejorar significativamente la productividad de la industria. Sin embargo, los conflictos laborales en la negociación del último convenio colectivo han ocasionado pérdidas económicas importantes según la dirección, que de no haberse producido, permitirían asegurar la existencia de beneficios en 1983. El convenio, de aplicación en los todos los centros de trabajo de la empresa, se firmó dentro de los términos del Acuerdo Interconfbderal, tras varios meses de conflicto con la plantilla y la convocatoria de numerosas jornadas de huelga.
Vicente Mortes se mostró optimista, satisfecho por "la valentía con que el Gobierno había abordado algunos problemas a los que no se había atrevido la administración anterior como son los relacionados con la reestructuración siderúrgica. Sin embargo, se mostró más escéptico de cara a lograr los objetivos económicos marcados por el Gobierno para 1983. "Preferiría equivocarme, desde luego, entre otras razones, sigo creyendo en las enormes potencialidades de trabajo, de entusiasmo, de inteligencia y de esfuerzo de que es capaz nuestro pueblo". Y manifestó su deseo de que el Gobierno establezca un marco de relaciones laborales que posibilite el desarrollo de la iniciativa de los españoles.
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