Subidas que no cambian el panorama

Con notables diferencias entre los resultados finales, las cuatro bolsas vuelven a subir, dentro de un clima de absentismo que contrasta notablemente con la situación de los índices generales.La sesión de ayer ha sido, una vez más, una repetición de la anterior, dentro de un movimiento que, debido a la falta de definición, amenaza con perpetuarse. La situación general de los mercados no ha variado prácticamente nada desde el principio de la semana, y esta vez las expectativas que suelen tener los viernes se ven aumentadas con la posibilidad de cambiar de menú, aunque sea repitiendo el de la semana anterior.

Sólo hay un sector en todo el mercado que esté teniendo un comportamiento genérico para todos los valores: el bancario. Tras permanecer varias semanas en una especie de autoexclusión, las pequeñas cantidades de títulos que se ponían a la venta se han ido convirtiendo en pequeñas cantidades de títulos a la compra. Esto es más que una simple diferencia de matiz y viendo la situación del mercado, los responsables de estas entidades han debido pensar que aquello de en el país de los ciegos es una verdad aplicable a la realidad cotidiana. Así, se van anotando mejoras que ayer en alguno de los mercados llegaron a ser de ocho enteros. En el mercado madrileño, el saldo de las operaciones por caja de los siete grandes presentaba 26.300 títulos a la compra, frente a los 240 vendedores que tenía el Hispano en su saldo particular. El selecto grupo volvió a actuar casi con unanimidad y -excepto el Bilbao, que repitió- las cotizaciones subieron entre dos y cinco enteros. En los demás mercados no se conoce el saldo de la caja de estas instituciones, pero no debió ser muy diferente.

Gracias a estas subidas, a las que hay que sumar el entero que ganó Telefónica, las bolsas ofrecían una sensación de estabilidad que están muy lejos de tener. Los grupos industriales se muestran completamente apagados y son algunos, o algún valor aislado, los que se encargan de mantener el signo positivo.

Éste es el caso particular del sector químico, en el que, salvo el ligero rebote de Explosivos, no hay nada que destacar aparte de la actuación de sus dos estrellas. Algo similar sucede con los valores siderúrgicos, y en construcción fueron las compañías cementeras las que salvaron la situación.

La expectación despertada por la ampliación de Petromed se vio justificada por el comportamiento tanto del cupón como de las acciones viejas. El primero se pagó a 720 pesetas, algo más de 30 del valor teórico sin gastos, y la acción recuperó 13 enteros. En cuanto a los cupones de Hidrola, se pagaron a seis pesetas y se mostraban muy reacios a descender a cotas más bajas.

La situación de los mercados de valores es, pese a las cifras de los índices, de una debilidad manifiesta. Los volúmenes de contratación apenas alcanzan el 50% de lo que se considera que es habitual, y oferta y demanda se muestran muy ajustadas en tomo a pequeñas partidas.

Todo hace recordar a los meses de verano y a esos agostillos tan característicos de esas fechas. Y si de verdad hemos entrado ya en el verano, todo hace suponer que va a ser largo. Los habituales del parqué están acostumbrados a soportar el calor, pero no sabremos cómo reaccionarán ante el aburrimiento prolongado.