España plantea al Consejo de Europa un proyecto para el desarrollo equilibrado de las regiones

A iniciativa del Consejo de Europa y por invitación del Gobierno español, mañana comienza una reunión en Torremolinos (Málaga), que concluye el próximo viernes, de 21 ministros de Ordenación del Territorio de los países miembros del Consejo de Europa. España y Bélgica presentarán en las sesiones de trabajo, para su posible aprobación y adopción, una Carta Europea de Ordenación del Territorio, destinada a asegurar un desarrollo equidibrado de las regiones europeas.

El otro tema principal a debatir en la citada reunión, a la que asistirá, Karl Ahrens, presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, girará en torno a las perspectivas del desarrollo y de la ordenación de las regiones marítimas europeas, subdividido en tres partes, que versarían sobre los problemas y tendencias de la ordenación del litoral europeo, las regiones costeras de Europa del Norte y la vertiente mediterránea, presentados respectivamente por Francia, Holanda e Italia.Todos estos apartados contribuirán a dar una detallada descripción de la situación del litoral europeo, a partir de cuyo conocimiento tendrán lugar las discusiones de los ministros para trazar unas líneas comunes de actuación sobre ordenación del territorio, del interior al litoral, con el doble objetivo de protegerlo y revalorizarlo. España, por otra parte, presentará a discusión una ponencia sobre los cambios en la estructura del territorio productivo europeo, relocalización de la actividad económica y ámbitos de las decisiones.

El proyecto de Carta europea del Territorio que presentarán España y Bélgica a esta reunión basa su importancia, según explicó ayer el titular del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), Julián Campo, en que hace cuatro años que se persigue infructuosamente la aprobación de un texto similar y que supone un impulso de la solidaridad europea y el reconocimiento tanto de la interrelación entre la planificación económica y la ordenación territorial como de la necesidad de descentralizar la gestión de esta última.

Objetivos de la carta son contribuir a una mejor organización del territorio europeo, buscar soluciones que sobrepasen el marco nacional y tratar de crear un sentimiento de identidad común, teniendo en cuenta las relaciones Norte-Sur y Este-Oeste, con vistas a un desarrollo socio-económico equilibrado de las regiones, la mejora de la calidad de la vida, la gestión responsable de los recursos naturales, la protección del medio ambiente y, en suma, al uso racional del territorio.

Controlar el crecimiento

Objetivos más precisos de la Carta son crear condiciones de vida en el área rural semejantes a las del área urbana; controlar el crecimiento urbano, frenar la huida del centro a la periferia y mejorar las condiciones de vida. Con respecto a las regiones fronterizas, se precisa la importancia de ejecutar una política coordinada y de cooperación entre los estados limítrofes, amén de instarse a los Estados a que fomenten los contactos entre las propias colectividades locales vecinas. El proyecto de Carta, señala que en dichas regiones fronterizas "no debería realizarse ningún proyecto que pudiera tener consecuencias nefastas para el medio ambiente de los estados vecinos sin consulta previa con estos estados".Tras resaltar las importantes funciones que cumplen las regiones de montaña -desde un una perspectiva económica, social, agrícola, cultural y ecológica-, se insta en dicha carta a que la ordenación territorial les dedique un espacio específico para su conservación y desarrollo. También se insta a dar una ayuda especial y unas mejores comunicaciones a las regiones periféricas, así como a dar una trato especial a la regiones con debilidades estructurales o en decadencia, en tanto que se solicita para las regiones costeras e islas una política específica que les asegure un desarrollo equilibrado y una urbanizacíón coordinada que salvaguarde los valores ecológicos y características regionales.

Los ministros firmantes de la Carta se comprometerán a recomendar a sus gobiernos la aplicación de los citados objetivos.