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Entrevista:

"ERT está a punto de alcanzar un acuerdo definitivo para refinanciar su deuda bancaria"

La solución al estrangulamiento financiero de Unión Explosivos Río Tinto (ERT) está a punto de encontrar su salida definitiva. Los problemas que atravesó esta sociedad para hacer frente a la devolución de sus deudas bancarias estuvo a punto de comprometer el riesgo genérico del Estado español. Hoy, José María Escondrillas, presidente ejecutivo de la compañía, tiene previsto mantener, y en tres jornadas sucesivas, encuentros con los responsables al máximo nivel de una parte significativa del casi centenar de acreedores bancarios internacionales de ERT, a fin de conseguir un acuerdo definitivo y satisfactorio para las dos partes, que permita no sólo la supervivencia, sino la puesta en rentabilidad de la compañía.

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La asunción de los riesgos de cambio que genera la paulatina depreciación de la peseta frente a las principales divisas internacionales representa en este momento el único escollo en las negociaciones. José María Escondrillas comenta los momentos actuales de la negociación y las posibilidades de futuras de la empresa.Pregunta. ¿Cuál es la situación actual de las negociaciones y qué es lo que incita al presidente de ERT a manifestar que éstas se encuentran a punto de llegar a buen término?

Respuesta. En estos momentos, la primera fase de negociación, la que comporta la aceptación por las dos partes de un documento inicial de actuación, es decir el Plan de reestructuración de la compañía, se puede dar por prácticamente concluida. Las 14 entidades miembros del steering commitee cursaron la pasada semana una comunicación a sus representados en la que, bajo unas condiciones concretas, se recomendaba la aceptación del último plan de viabilidad de la compañía. Es importante destacar que en este nuevo proyecto han colaborado tanto miembros de la nueva administración de ERT como los representantes de la empresa consultora internacional contratada para este efecto, además de los propios representantes de los acreedores financieros.

Entiendo que el principio de acuerdo al que se ha llegado es aceptable para las dos partes interesadas y, aunque comporta una serie de sacrificios mayores para ERT de los inicialmente previstos, puede ser calificada de solución posibilista en la que se pretende conseguir el máximo respeto para los intereses de las dos partes en litigio. A la compañía le permite garantizar su rentabilidad futura, mientras que a sus acreedores les representa una merma sensiblemente inferior a la que se preveía en el plan inicial. Precisamente por esto entiendo que los bancos acreedores asumirán plenamente el plan, y esa confianza es lo que voy a recabar de sus máximos responsables en tres importantes plazas financieras europeas su asentimiento.

P. ¿Cuál ha sido el punto más controvertido en este amplio proceso negociador?

R. La aseguración del riesgo de cambio de la deuda. Así de categórico. Cuando se está negociando un proceso como el de ERT, en el que la deuda bancaria supera los 120.000 millones de pesetas, de los cuales aproximadamente un 60%, en la actualidad, corresponden a acreedores en moneda extranjera, es completamente lógico que el efecto negativo de la depreciación de la peseta frente a las principales divisas internacionales constituya un elemento de preocupación primordial entre nuestros acreedores. Sobre todo si se considera que ERT se ha manifestado incapaz de hacer frente a este mayor importe en sus deudas que puede representar la debilidad de la moneda española.

Por esto los acreedores financieros han hecho un especial hincapié en que alguien debería cubrir este riesgo, y aparentemente este alguien podría ser la Administración. Desde esta óptica resulta comprensible la demanda de los acreedores de que sean las instancias públicas quienes garanticen los diferenciales que se puedan producir como consecuencia de la pérdida de valor de la peseta.

El ministro de Industria, Carlos Solchaga, manifestó a los representantes de los acreedores financieros internacionales, con los que se entrevistó hace un par de semanas, que la condición previa para que la Administración defina un plan de ayudas concreto para el reflotamiento de ERT era que las dos partes, empresa y acreedores, llegasen a un acuerdo formal para la refinanciación de la deuda de la compañía. A partir de este momento, y contando con que la Administración difícilmente se haría cargo del aseguramiento total del riesgo de cambio, el sector público implementaría un plan de ayudas para la compañía, asumiendo de forma responsable un papel que se le atribuyó en función a la propia importancia de la compañía para la economía nacional.

P. ¿Cuál ha sido el papel que ha desempeñado la Administración en estas negociaciones?

R. La Administración ha mostrado un profundo interés por el curso de las negociaciones desde su inicio. Siempre ha estado informada puntualmente del curso de este complicado proceso negociador, y también en todas las ocasiones ha mostrado una extraordinaria firmeza a la hora de exponer la necesidad de que se alcanzase un acuerdo entre las partes como paso previo a cualquier plan de ayudas oficiales. Su papel, en definitiva, cabría calificarlo de positivo y, en cualquier caso, de pretender mantener una exquisita neutralidad en los procesos surgidos entre una empresa privada y sus acreedores, sin renunciar nunca a la responsabilidad que le correspondía al tratarse de una empresa de la envergadura de ERT.

P. Uno de los puntos más importantes en los que se apoya el plan de reestructur, ación de la compañía lo constituye la desinversión en activos, tanto inmobiliarios como en participaciones en otras compañías. ¿Cuáles van a ser éstos, y qué actitud han manifestado los acreedores ante esta previsión.

R. Se pretende que el programa de desinversión alcance su máximo exponente en el sector de empresas consideradas no básicas para el. correcto desenvolvimiento de la compañía. Estos son, fundamentalmente, los encuadrados dentro de las divisiones inmobiliaria, que puede llegar a representar unos 14.000 milones de pesetas en el concepto de materializable, la de farmacia, la de plásticos, la de química orgánica y las empresas encuadradas dentro del sector de varios.

En cuanto a la postura de los acreedores, hay que destacar que para todos ellos resulta beneficioso el planteamiento realizado. A quien coloque alguna, de estas empresas le será detraído el importe directamente del, principal de la deuda que mantiene con él la sociedad; esto resulta, evidentemente, una ventaja apreciable. Pero, en cualquier caso, estas materializaciones se detraerán directamente del endeudamiento total de la sociedad, lo que representará una situación más cómoda para todos.

P. ¿En qué consistirá exactamente el esfuerzo que se exigirá a los trabajadores?

R. La aportación de la parte laboral al plan de reestructuración de ERT se basa, de forma específica, en la asunción de un plan de bajas estructurales, que permita a la compañía aliviar sus costes. Antes de 1987, y según el plan presentado, la compañía debe rebajar -en una cantidad próxima a los 1.000- los puestos de trabajo que actualmente mantiene. Esto se realizará fundamentalmente a través de las jubilaciones anticipadas y de las bajas voluntarias. No obstante, es importante destacar que la empresa tiene, en este período, un potencial de bajas por la vía de las jubilaciones anticipadas del orden de los 2.000 puestos de trabajo, lo que le permitirá no sólo afrontar sus necesidades puntuales, sino incluso hacer frente a algunos reajustes de plantilla que se pudieran producir.

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