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La OCDE recomienda una doble estrategia a los países miembros para contrarrestar los efectos de la crisis

La Organización para la Cooperación y Desarrollo, Económico (OCDE), en el comunicado final de su reunión ministerial que ha concluido el martes pasado en París, dibuja una doble estrategia en la política económica de los 24 países miembros, diferenciada en función de su situación actual con relación a la crisis económica. Para un grupo de países, que componen el 70% del PIB del área, la política a seguir consistirá en el aprovechamiento del margen de maniobra que ahora permite su previo éxito en la lucha contra la inflación. Para el resto, entre ellos España, la única política posible es deflacionista y de ajuste de los desequilibrios estructurales y a los provocados por el segundo shock del petróleo, aún no superado.

En las nueve páginas que componen el comunicado final de la reunión ministerial, la OCDE admite, como gran novedad frente a las tesis de los últimos tres años, la eventualidad de emprender políticas expansionistas en aquellos países que están registrando, en la actualidad, claros indicios de crecimiento y que son Estados Unidos, Japón, República Federal de Alemania, Reino Unido, Suiza y Austria, entre otros.Esta política expansionista, sin embargo, debe ser cauta y limitarse a aprovechar tan sólo "el margen de crecimiento" que pueda permitir su actual tendencia a la recuperación y sin olvidar, por tanto, la continuación de los esfuerzos en los procesos de ajuste.

Pero "en otros países, que totalizan el 20% del PIB de la OCDE, se deben realizar progresos futuros contra la inflación, ya que los obstáculos para un mejor funcionamiento (de la economía) son más pronunciados. Como resultado, el margen de maniobra a corto plazo es mucho más reducido. En estos países, se requiere la perserverancia en una política monetaria no acomodaticia, junto a una reducción de los déficit presupuestarios estructurales, como parte de un planteamiento consistente a medio plazo. También son importantes los esfuerzos adicionales para reducir los impedimentos estructurales".

Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda, no dudó en París en incluir a España dentro del grupo de países a los que la OCDE considera que se encuentran en peor situación y que todavía ni siquiera se han adaptado la última crisis petrolífera. Boyer, en su intervención, puso énfasis en las medidas monetarias, fiscales y de actuación sobre el sector exterior que el Gobierno ha emprendido y que, dijo, permitirán a la economía española, junto a la recuperación en curso en las principales economías occidentales, sumarse al grupo de cabeza.

Asimismo, Miguel Boyer se comprometió a elaborar un plan de actuación a medio plazo, tal como recomienda el organismo occidental, que permita establecer un calendario de reformas y de salida de la crisis. El programa incluirá reformas en los sectores de transporte, financiero e industrial.

Además de esta doble vía de actuación en política económica, la OCDE ha incluido en el centro de sus preocupaciones la importante relación que existe entre crecimiento, comercio y deuda". Sin aceptar esta importante vinculación y sin un plan coordinado para evitar las tendencias proteccionistas y elaborar un programa de ayuda a los países endeudados, la recuperación en curso en algunos países puede dar paso a una espiral general deflacionista.

El comercio y la deuda

A este respecto, el comunicado señala que "el fortalecimiento de un sistema comercial abierto y multilateral es esencial para apoyar la recuperación y la transición a un crecimiento sostenido". Es fundamental, a este respecto, desmantelar las barreras comerciales que distorsionar el normal funcionamiento de los mercados domésticos, en especial en momentos en los que se cosechan malos resultados económicos.Más importante aún es el capítulo que el comunicado dedica al problema del endeudamiento en los países en desarrollo. Tras resaltar los esfuerzos realizados por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Pagos de Basilea, los países de la OCDE señalan la necesidad de mantener una disciplina en la relación entre el país deudor y el acreedor. A este respecto, el comunicado muestra la necesidad de "asegurar el flujo de financiación hacia los países deudores en apoyo de determinadas políticas de ajuste internas y con el fin de restaurar los niveles adecuados de importaciones".

Asimismo, los países de la OCDE se comprometen a "trabajar hacia el reforzamiento mutuo en los países acreedores y deudores para establecer regímenes más transparentes, para reducir barreras comerciales y perseguir políticas estructurales domésticas más conformes con el mercado".

El problema del endeudamiento se vincula, por último, a la situación económica en los países del Tercer Mundo, donde la OCDE preconiza el incremento de la ayuda, el asesoramiento en la elaboración y ejecución de políticas económicas y el mantenimiento de los programas de asistencia multilateral.

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