_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

15 mayos

Andamos celebrando estos días con entusiasmo injustificable el 15º aniversario de aquel mayo francés. A ver cómo se lo explicaría yo a la generación vulpe, que si tardó casi diez años en enterarse del follón de los Sex Pistols, lo del 68 tiene que sonar a prehistoria. Sí, mujer. Fue cuando papá y mamá lo hicieron por primera vez después de una ruidosa asamblea universitaria que terminó disuelta por los grises, y con la doble excitación se olvidaron de tomar las debidas precauciones. Más concretamente, cuando los chicos industrializados descubrieron que debajo del asfalto había playa, que al poder le faltaba mucha imaginación, que no era pecado confundir los deseos con las realidades y que ya estaba bien de actos: no había que tomar la Bastilla o el Palacio de Invierno, había que tomar la palabra.Aquellos universitarios mercadounidenses en celo marcusiano, hartos de ketchup y electrodomésticos, intentaron una revolución de frases ingeniosas, manifestaciones a base de pareados y teorías ingenuas de la Escuela de Francfort. Pero sí ellos hicieron una revolución de pintadas, la nuestra fue exclusivamente de oídas. Uno o dos mayos después, aquí nos pusimos a mayear intensamente por los pasillos de la facultad, coloquios de Antonioni o seminarios sobre autogestión.

Me gustaría saber si lo que ahora conmemoramos en las legales mesas redondas son nuestras tardías discusiones en aquellas mesas redondas ¡legales acerca de las excelencias de los nuevos sujetos revolucionarios y las perversidades del nuevo objeto industrial o si el fracaso de aquellos graffitis que durante diez días conmocionaron el mundillo de los medios informativos.

Dicen los expertos que esta nueva generación -quince mayos es toda una generación orteguiana- carece de vivencias revolucionarias. Nada más incierto. Acaso lo ignoren todo de la revolución política que sus padres no hicieron en el 68, pero viven con intensidad un montón de situaciones altamente revolucionarias. Son con exactitud los hijos de la revolución científica, la tecnológica, la informática, la posindustrial, la genética, la electrónica, la audiovisual y las que se me olvidarán.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_