Puntualizaciones sobre Marx

La carta del profesor Pinillo de las Heras publicada en EL PAÍS del 25 de abril, en contestación a mi carta del 20 de abril, hace indispensable, a mi juicio, las siguientes puntualizaciones:1. El objeto de mi carta era denunciar, muy a pesar mío, la evidencia de actitudes y razonamientos antisemitas en nuestras propias filas progresistas, tomando como siniestro, en ambos sentidos, el ejemplo de la carta publicada en EL PAÍS por Katia Durán. Sigo esperando alguna toma de posición pública sobre esta grave cuestión...

2. Al afirmar que mi carta "no hubiera podido publicarse en un periódico de París", el profesor Pinillo de las Heras, además de caer en una innecesaria divinización de la Prensa de mi país, incurre en grave error, pues mis argumentos, que no pretenden ser originales, han sido desarrollados, entre otros muchos trabajos franceses, en el libro del profesor Robert Mizrahi Marx et la question juive (Gallimard, 1972).

3. Parece inverosímil que un conocedor de la obra de Marx pueda negar el carácter histéricamente antisemita (hasta unos extremos que sólo el psicoanálisis puede ex plorar) del panfleto de Marx La cuestión judía (el título es de Marx: lo toma de Bruno Bauer, pero para exponer tesis aún más antisemitas que las de su contradictor). Inverosímil e inquietante, pues hasta ahora a los marxistas nos bastaba con excluir ese opúsculo de la vulgata, explicando que se trataba de un error de juventud, en el cual no volvería a incidir el gran pensador (menos en su correspondencia privada, que abunda en comentarios antisemitas). Pido al lector de buena fe que se tome el trabajo de leer La cuestión judía de Marx, y, para hacer boca, le anticipo una cita: "¿Cuál es el fondo profano del judaísmo? La necesidad práctica, el interés personal. ¿Cuál es el culto profano del judío? El tráfico. ¿Cuál es su Dios? El dinero ( ... ). En su sentido último, la emancipación de los judíos es la emancipación de la humanidad con relación al judaísmo" (los subrayados son de K. Marx). No sé si esto es lo que el profesor Pinillo llama "frases convencionales sobre la relación de los judíos con la especulación monetaria". Pero debe resignarse: a la idea de que las nuevas generacio nes judías ya no están dispuestas a tolerar semejantes insultos, por más convencionales que hayan podido ser en el pasado.

4. Marx era judío. Marx, en su juventud, no tiene palabras bastante duras para con los judíos. Deducir que Marx, por motivos que Freud explica perfectamente, odiaba una parte de sí mismo, no es un disparate ni una mala interpretación de Bettelheim. Es un silogismo. ¡Qué le vamos a hacer!