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Elecciones del 8 de MayoPresión final.

Duros ataques de Alfonso Guerra al PNV en Vitoria, al que llamó "congregación mariana"

El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, en su primer mitin en el País Vasco desde que asumió su cargo, se enfrentó ayer tarde, en Vitoria, con serias dificultades, cuando varias decenas de personas, presuntamente simpatizantes de Herri Batasuna, trataron de boicotear su intervención. "Son la nueva derecha, los nuevos dictadores", llegó a gritar Guerra a los provocadores, momentáneamente perdido el control de sí mismo. Sin embargo, luego recomendó tranquilidad a los más de 5.000 asistentes al mitin, que llenaban por completo el polideportivo Mendizorroza, y que increpaban a los abertzales.

"Supongo que no pedirán al señor Fraga, o a la derecha que gobierna en el País Vasco, el PNV, que resuelva el paro o la libertad de expresión", dijo Guerra a quienes, portando carteles antinucleares o relativos a una coordinadora de desempleados, vociferaban tratando de ahogar las palabras del vicepresidente. Esta misma tónica de ataques al Partido Nacionalista Vasco y a la Coalición Popular la mantuvo Guerra, tanto durante el mitin, como en la previa conferencia de prensa que había protagonizado dos horas antes en Bilbao."Nosotros no estamos por una política de alianzas con la derecha, llámese PNV o AP". Con estas palabras, Guerra desmintió ayer en Bilbao afirmaciones de miembros de su propio partido, como García Damborenea, que especulaban con la posibilidad de un pacto poselectoral de los socialistas con AP en Euskadi, "para desalojar a los nacionalistas" de las alcaldías. En su primera conferencia de prensa desde que asumió la vicepresidencia del Gobierno, Guerra se mostró mordaz con el PNV, al que acusó de poseer un "fanatismo semenjante al de Jomeini", de "congregación mariana", y de "estar bien cerca del fru fru de las sotanas y las casullas".

Apenas una hora consumió Guerra en Bilbao, y la dedicó íntengramente a la conferencia de prensa, celebrada en medio de considerables medidas de seguridad, en un hotel. El vicepresidente, que advirtió de entrada que iba a hacer campaña electoral, indicó que no le disgustaría que el PSOE fuera "un movimiento nacional de izquierdas" (según frase de un periodista), aunque advirtió que "quienes nos comparan con el PRI mexicano no tienen de idea de cómo se constituyó el PRI".

"Yo creo que si los ciudadanos consideran que España está en una coyuntura histórica irrepetible y creen que tomar el tren de la historia sólo puede hacerse por un partido a nivel nacional y modernizado como el nuestro, estaremos ante un hecho sin precedentes. Eso, lejos de ruborizar a nadie, debe alegrarnos a todos. Y no creemos que una desconfirmación de esta confianza al cabo de equis años deba hundir a nadie", dijo Guerra. "No se puede uniformizar la acción política; deben existir otros partidos, pero me gustaría que, de una manera unitaria, la mayoría decidiese apoyar a estos que han sido llamados jóvenes nacionalistas o amateurs de la política", añadió.

Ataques al PNV y a Arzallus

El vicepresidente atacó a fondo al PNV en general y a Arzallus (a quien iba dirigida en concreto su referencia sobre casullas y sotanas) en particular. Dijo que "hay nacionalistas que quieren el monopartidismo", y no olvidó citar los conatos de acuerdo registrados en el pasado entre PNV y AP ("ahora dicen que no habrá un pacto más extenso entre ellos, pero yo no estoy tan seguro"). Habló de que tal vez se necesitasen psiquiatras en los batzokis (locales del PNV) si todos piensan, como Arzallus, que es mejor votar a Herri Batasuna que al PSOE; "complejo herribatasunero", diagnosticó Guerra, anticipándose a la opinión de los psiquiatras.

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Se refirió al riesgo que corre el Gobierno vasco de sufrir una descomposición interna, "algo que están tratando de ocultar", y al temor que experimenta el PNV ante su "incierto futuro" si el Partido Socialista de Euskadi logra superarle en votos. Luego afirmó rotundamente que sus sondeos no conceden un incremento de votos a Herri Batasuna, contra lo que afirman otras encuestas.

Guerra no descartó un posible acuerdo del Partido Socialista de Euskadi con Euskadiko Ezkerra. "Puede que esté más cerca que del acuerdo del PNV con AP", dijo. Sobre un hipotético acuerdo PNVHB, dictaminó: "Parece dificil sobre el tapete, pero fácil bajo la mesa". También proclamó la necesidad de que todas las fuerzas políticas vascas que estén a favor de la paz y de la reconstrucción económica y cultural, lleguen a un acuerdo tras el 8 de mayo "y el Gobierno de la nación tendría que estar en ese acuerdo".

Necesidad de reconstruir 'la mesa por la paz'

Guerra se refirió a la necesidad de reconstruir la mesa por la paz en Euskadi, y sugirió que en ese sentido iría el rumoreado plan político que el Gobierno de Madrid trataría de aplicar en el País Vasco tras las elecciones".

Entrando en materia puramente electoral, admitió que existe una 11 competencia bastante cerrada" entre PNV y PSOE en algunas grandes ciudades, (refiriéndose aparentemente a Bilbao, cuyo alcaldable, José Luis Ibañez, le acompañaba durante la conferencia de prensa, junto con el presidente del partido, Ramón Rubial). En general se mostró triunfalista y no olvidó incluir a AP en sus ataques: "Las mismas termitas que acabaron con los unos, acabarán con los otros, aunque unos y otros se diferencian poco", afirmó, en directa referencia a los rumoreados movimientos en la derecha tras las elecciones. A Fraga le llamó "Atila" y a Robles Piquer, el vicepresidente de AP y cuñado de Fraga, "mamut prehistórico que sacan del fascismo". También repitió su referencia a la "triple alianza" de la Coalición Popular, en un juego de palabras con la Triple A argentina.

Aunque Guerra llegó a Bilbao con una sonrisa electoral uniéndose a la alegría vizcaína por el triunfo del Athlétic en la Liga de fútbol, su entrada en Vitoria no fue tan triunfante. Ya durante la conferencia de prensa, algunos periodistas le habían dirigido preguntas malévolas, referentes a eventuales recortes de la libertad de expresión por parte del Gobierno, a lo que Guerra respondió invariablemente que se trataba de decisiones judiciales y no del Ejecutivo.

Sin embargo, su entrada en el polideportivo de la capital alavesa registró algunos silbidos, ahogados por una gran mayoría de aplausos. Sólo al comienzo de su intervención, posterior a la del candidato socialista local y a la del secretario general del PSE, Txiki Benegas, se iniciaron los incidentes con las coordinadoras antinucleares y de parados. Aunque Guerra trató de mantenerse tranquilo en un principio, en algún momento llegó a indignarse y a retar a los provocadores para que tratasen -"con HB que es quien os ha enviado, y yo sé dónde y cuándo se ha coordinado todo esto"-, de llenar un polideportivo como lo habían hecho los socialistas. "Si HB convoca un mitin, yo me sentaré y les escucharé; ahora que me escuchen a mí, si son demócratas", repetía, mientras arreciaban los gritos, que tardaron algunos minutos en ser silenciados por la indignada mayoría de los asistentes, que vitorearon a Guerra varias veces durante su discurso".

Por otra parte, un grupo de jóvenes interrumpió una mesa redonda en la que participaban ayer los candidatos a la alcaldía de San Sebastián, que se celebraba en un hotel de la capital donostiarra. Después de la presentación de los alcaldables, y cuando intervenía el candidato socialista, Carlos García Cañibano, un centenar de jóvenes le interrumpió reclamando para la casa de la juventud un local del antiguo periódico La Voz de España.

Tras esta interrupción, el grupo de alcaldables abandonó este debate electorral -el más importante de los celebrados durante la campaña municipal en San Sebastián-, excepto los de Herri Batasuna y de Euskadikko Ezkerra. Parte del grupo tambien abandonó el local.

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