Trias y Centristas no se ponen de acuerdo sobre la candidatura municipal de Barcelona
Las negociaciones entre Convergència i Unió (CiU) y Centristas de Cataluña (CC) para incluir como independientes a dos candidatos de este último grupo en la candidatura convergente al Ayuntamiento de Barcelona se daban ayer tarde por prácticamente rotas. Los centristas catalanes, desvinculados ya de UCD, han rechazado la oferta de Ramón Trias Fargas, presidente de Convergència. y candidato a la alcaldía, por considerarla totalmente insuficiente ya que ofrecía colocar a dos centristas en los puestos decimotercero (Eduardo Escartín) y decimoctavo (el doctor Blanch).La primera oferta era aún más baja: el número 13 y el 21. Centrístas acepta el primero de los puestos ofrecidos, pero reclama el número 16 para su segundo candidato. Centristas y CiU firmaron hacequince días un protocolo según el cual candidatos del primer partido se incluirían en las listas convergentes. como independientes en aquellos, municipios en donde tuvieran presencia.
Carlos Sentís, presidente de CC, reclamó ayer el número 16 de la candidatura de Barcelona como condición para participat en la misma, pero esta exigencia choca con el hecho de que este puesto corresponde a un candidato de Unió Democrática en virtud del acuerdo permanente que une a esté partido con Convergència en la coalición Convergència i Unió. Dirigentes de Unió manifestaron ayer a EL PAÍS que era imposible dar respuesta a esta exigencia antes de que Trias presente públicamente su candidatura, para lo cual se ha convocado una conferencia de prensa que se celebrará este mediodía.
La confección de la candidatura que encabeza Trias Fargas ha sido especialmente conflictiva. Desde un principio ha sido una tarea que se ha dejado en manos del candidato, al menos en los quince primeros puestos, sin que intervinieran los órganos regulares del partido. Los puntos calientes del conflicto se han centrado en la presencia de los candidatos centristas, en la inclusión en el puesto número diez de un ex concejal de la etapa franquista, Pere Llorens, que votó no en marzo de 1975, en una simbólica subvención municipal a la enseñanza del catalán, lo que levantó entonces una gran polvareda, y en la marginación de tres de los actuales concejales del partido. Pere Llorens, "el concejal del no", como le denomina la Prensa, ha sido finalmente excluido. El Consejo de la Federación de Barcelona de Convergència desautorizó su candidatura por 40 votos a favor, 20 en contra y 60 abstenciones. Para un partido nacionalista su candidatura era inaceptable, como reconocen los cuadros medios de CDC. Había sido propuesto por los gremios de comerciales.
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