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La conferencia del PSOE reconoce el, derecho de las corrientes internas a estar representadas en los órganos del partido

Las corrientes organizadas en el interior del PSOE lograron ayer, en la Conferencia de Organización, el reconocimiento formal de dos importantes avances: podrán reunirse libremente, utilizar los medios informativos y los locales del partido, y tendrán una representación del 25% en los órganos de control del partido, es decir, el congreso, el Comité Federal y los comités regionales, siempre y cuando obtengan el respaldo de, al menos, el 20% de los votos. También se llegó a un acuerdo sobre la articulación federal del partido.

Por contra, no podrán criticar en los medios de comunicación externos al partido ni las resoluciones de los congresos nacionales, ni la labor del Gobierno, ni los acuerdos de la comisión ejecutiva y los ,comités regionales. Para estas cuestiones, deberán limitarse a los debates internos del PSOE. El derecho de expresión de las corrientes organizadas en los medios de comunicación externos podrá ejercerse respecto de todas las cuestiones que no hayan sido sometidas al acuerdo de los citados órganos del partido.

Los críticos, si no eufóricos, estaban moderadamente satisfechos, ya que muchas cuestiones importantes del partido no se someten al acuerdo de sus órganos, mientras que otras podrán ser criticadas desde que se anuncian hasta su aprobación. En este margen de tiempo, los minoritarios podrán hacer oír su voz donde quieran.

Este fue el resultado conciliador de las dos posturas que protagonizaron el debate durante la tarde de ayer, iniciado en la mañana por los cabezas de fila de los dos grupos: el vicepresidente del Gobierno y vicesecretario general socialista, Alfonso Guerra, por la corriente mayoritaria, y el líder de los críticos, Luis Gómez Llorente, por la minoritaria. Este último fue el encargado de presentar la ponencia de Derechos y deberes de los militantes y las corrientes de opinión. Su discurso fue de apoyo total a las tesis de sus seguidores. "El principal derecho", dijo, "es siempre el reconocimiento del derecho de las minorías". Alfonso Guerra le replicó: "Compañero Gómez, ahora me toca a mí contentar a los otros, ya que tú has contentado a los tuyos".

Recriminación de Guerra

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La intervención de Guerra fue, sobre todo, una recriminación a la actitud de los críticos, manifestada el día anterior y reiterada ayer por Gómez Llorente, por pretender ser, en su opinión, los intérpretes más fieles y rigurosos de las doctrinas de Carlos Marx. "Eso son actitudes dogmáticas", dijo Guerra, porque dogmatismo es tener una concepción patrimonial del marxismo y presentarse como los abanderados de una doctrina". A continuación defendió Guerra que el PSOE debe modernizarse y adaptarse a la evolución de la sociedad, y se mostró partidario del derecho de las minorías, pero con respeto al partido del que forman parte, lo que significa, en su opinión, que nadie tiene derecho a imponer un nombre como corriente y a actuar en detrimento de la unidad del partido. "Ellos pueden llamarse a sí mismos Izquierda Socialista o como quieran", señaló a este periódico, "pero lo que no pueden hacer es imponernos el nombre a los demás. El partido se llama PSOE, y para mí son miembros del PSOE". En consecuencia, ninguna corriente puede inscribir sus siglas en el registro oficial. Alfonso Guerra defendió por último el derecho de todos a expresarse en los medios de comunicación del partido.

El miembro de la corriente minoritaria Antonio Santemases se lamentó de que "hasta nos quieren quitar el nombre", y avanzó que por la tarde pensaba defender la libre expresión fuera de los órganos del partido y la representación proporcional directa: que a igual porcentaje de votos corresponda igual porcentaje de puestos directivos.

Este tema originó los momentos de mayor tensión. Tres posturas se encontraron en el largo debate de la tarde. José Rodríguez de la Borbolla, Ricardo Damborenea y Feliciano Páez apostaron por el sistema de representación mayoritaria; los críticos Garcés, Real y Santesmases, por el ya mencionado de la proporcionalidad directa, y Carlos Martínez Cobos, por el que finalmente fue objeto del consenso, el de la mayoría corregida con el citado 25% de los puestos de dirección.

A pesar de este ambiente crispado, al final se logró el consenso, en palabras de la secretaria de organización, Carmen García Bloise, tras un proceso largo y muy difícil". De esta manera, sólo se someterá a la aprobación del Comité Federal -ya que la Conferencia de Organización es sólo reflexiva, no ejecutiva la única propuesta de la mayoría corregida.

La sensación generalizada ayer en la sede central del PSOE dejaba entrever que los temas más conflictivos habían sido pactados en las alturas previamente a la conferencia, y de ahí el consenso final. El presidente de la mesa, José Martínez Cobos, dio cuenta a los informadores del acuerdo alcanzado y anunció que sólo se iban a presentar al Comité Federal tres enmiendas adicionales, entre ellas, una que hace referencia a la prohibición de que las corrientes de opinión tengan financiación propia. Gómez Llorente había defendido que no se hiciese ninguna mención al respecto.

Anoche, también se logró consenso en tono a la Articulación federal del partido. Al aceptarse las enmiendas de Joaquín Leguina y Rodríguez de la Borbolla, la composición de los gobiernos de los parlamentos autónomos no podrá ser modificada o alterada por el comité federal o el ejecutivo.

Ambos órganos sólo serán informados, bajo el principio de la solidaridad del socialismo en todo el Estado, en un intento de armonizar la estructura interna del PSOE con el Estado de las autonomías.

Para hoy domingo queda otra cuestión polémica: el voto de las minorías en los congresos nacionales. El principal punto de fricción consiste en que los críticos desean también participar en la votación de los miembros del comité ejecutivo, posibilidad que la corriente mayoritaria les niega. A última hora de la noche de ayer, Joaquín Leguina, adelantándose a los críticos, presentó una enmienda para que el voto fuera individual también en la elección del comité ejecutivo, tesis que rebate Guerra con firmeza.

Durante toda la mañana de hoy tratarán unos y otros de lograr un acuerdo también en esta cuestión, para que cuando el presidente Felipe González asista a la clausura de la conferencia encuentre las tensiones suavizadas por el consenso.

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