Alzas espectaculares y nervios al final de la semana

Una de las opiniones más dignas de crédito, de las muchas que esta semana han circulado por el parqué, es la de que en este ciclo de sesiones se ha consolidado la tendencia al alza al mercado de valores. Y esta consecuencia no se extrae sólo de las diferencias que muestran los índices generales de las cuatro Bolsas españolas al final de la semana -que, por cierto, no son tampoco desdeñables-, sino también del volumen de la contratación que, en lo referente a la Bolsa de Madrid, en renta variable se ha mantenido por encima del anterior récord del año en las tres primeras sesiones.Lo cierto es que las alzas sorprendentes registradas en la eufórica jornada del martes sorprendieron a propios y extraños. Una parte de estas subidas se atribuyeron al triunfo conservador en las elecciones celebradas el domingo en Francia y la República Federal de Alemania y, otra parte, a las posibilidades de una reducción en los precios del petróleo que negociaban los trece países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo en Londres, dejando en un segundo término la situación interna.

Conviene también recordar al respecto que las inversiones extranjeras en los mercados de valores españoles han aumentado sensiblemente durante el mes de febrero, y siguen haciéndolo éste, y sería muy absurdo suponer que esto se debe al posible triunfo del conservadurismo europeo en unas elecciones.

Se temía mucho la llegada de una sesión en la que las realizaciones pudieran dar al traste con los logros elaborados en los mercados, pero, ante la sorpresa casi general, éstas se han ido produciendo de una manera pausada, con una incidencia más fuerte el miércoles, sin quebranto alguno. El dinero más práctico, más ideológico, ha ido absorbiendo la oferta a la luz de las expectativas que se van dibujando en el mercado.

Las dos últimas sesiones no respondieron demasiado a estas expectativas y, salvo los sectores bancario y de construcción, produjeron avances y retrocesos de poca consideración, que afectaron, sobre todo estos últimos, al grupo eléctrico, toda vez que los precios de estos valores se encuentran a unos niveles muy tentadores. La causa parece obedecer, en opinión de cualificados especialistas, al reflujo lógico tras una serie de realizaciones de plusvalías acompañadas de compras de los valores con más posibilidades.

Lo que parecía más difícil parece ir consiguiéndose -generar la confianza de los inversores e instituciones- y queda de manifiesto en esos niveles que está alcanzando el volumen de contratación, que en esta semana mantiene una media de unos mil millones de pesetas para los títulos de renta variable. Mantener esa confianza es el reto que estos mercados tienen ahora ante sí.